miércoles, 16 de agosto de 2017

LAS CRISIS EN LA VIDA DE PAREJA SON INEVITABLES, PORQUE SON NECESARIAS PARA CRECER

CONFRONTARSE CON LA VIDA, en pareja, se puede hacer desde 3 modalidades y grados diferentes de compromiso: la matrimonialidad, la conyugalidad y la esponsalidad.
La matrimonialidad tiene por objetivo, el crecimiento biológico y procreativo de cada miembro de la pareja, como modo de asegurar la "supervivencia condigna" (digna de la persona humana) a lo largo del tiempo y más allá de la muerte, de los dos progenitores.
La  conyugalidad tiene por objetivo, desarrollar proyectos de vida en común o individualmente, con la ayuda del otro-a, asumiendo, o no, la matrimonialidad. Caben aquí, todas las modalidades de familia
La esponsalidad tiene por objetivo, ayudarse mutuamente a aliviar el peso del carácter (heredado) y de la historia vivida, (sufrida) asumiendo, o no, la matrimonialidad y la conyugalidad. Sensu stricto es la modalidad más comprometedora de vida en pareja y puede vivirse sin relación socialmente explícita de pareja ni de parentalidad.

Son diferentes pero no excluyentes y las tres se consolidan desde "LA FIDELIDAD" acorde con el compromiso que cada una de ellas conlleva, para crecer como personas humanas.



La fidelidad, entendida como honestidad para el crecimiento mutuo,  es un conjunto de fidelidades y rompe los estigmas de la fidelidad genital y social, asumiéndolos para superarlos.

 
Ahora bien, si el objetivo de todos los modos posibles de vida en pareja es el crecimiento como personas,  en la etimología griega del término "krisis = crisis = discusión"   y del verbo "krinein = crecer"    encontramos, en las crisis, la razón de la necesidad de las mismas.  Nadie puede crecer sin ser sujeto y objeto de crisis, sin distinción del modo de crecimiento que persigamos; si biológico, o intelectual, o social, o profesional, o espiritual, o místico... o de pareja.

Las “crisis” son espacios -ad intra y ad extra- de perfeccionamiento y crecimiento de la vida en pareja y son, por sí mismos, signos de vida.

Todos los  modos de crecimiento exigen lo mismo: auto-imposición de esfuerzo = de fuerza = de virtud (que son términos equivalentes, etimológicamente hablando).  En buena cuenta, nos exigen "salir de los espacios de comodidad" que nos hayamos buscado y/o que la sociedad nos ha prometido -con falsedad- por no aceptar la realidad que la historia (magistra vitae) nos enseña respecto de todos los modos de crecimiento: necesitan de esfuerzo = fuerza = virtud-es.

Sabias serán las parejas que sepan aprovechar las crisis para discutir y concordar las nuevas metodologías (esto es lo que significa la palabra crisis) que los compromisos adquiridos antaño, tienen hogaño.

Las virtudes (esfuerzos) de nuestras “fidelidades” tienen como puntos de apoyo la paciencia (pax sciere = saber hacer la paz) que es hija de la Esperanza… al servicio de la Esponsalidad (es pondum allii = para ayudarnos a aliviar el peso, al-a otra-o).

Las crisis, con el paso del tiempo, serán irremediablemente mayores, porque con la edad los defectos que derivan del carácter y de la historia vivida, adquieren características de caricatura de lo que hemos querido ser o de lo que fuimos, a la manera que nuestros signos de envejecimiento biológico son caricatura de los signos juveniles o infantiles. Por eso, con frecuencia, las crisis son el resultado de no haber trabajado –terapéuticamente-  los defectos de nuestra juventud o infancia.

Un momento de crisis, sin importar qué circunstancia lo haya provocado, deberíamos transformarla en una oportunidad para ejercitarnos en la actitud crítica y ésta requiere, para ser adulta, de la ejercitación de 3 verbos (o actos de compromiso) denunciar, anunciar y comprometernos lo que, a su vez y con relación correspondiente, requerirá de una metodología eficiente expresada por las acciones de “reflexionar, calcular y crear”

Sin la dinámica de denunciar-reflexionando, anunciar-calculando y comprometernos-creando nos expresaremos como adolescentes-tardíos, como criticones, por no querer salir de nuestros espacios de comodidad y que, con mucha frecuencia, generan en nosotros malestar, dolor y hasta aflicción.

Actuar estos tres pares de verbos es tomar conciencia del carácter adulto, de nuestra unión y compromiso… porque nadie puede crecer sin esfuerzo (= sin el ejercicio de la paciencia y de la esperanza).

Si no se nos ha enseñado a confrontarnos (= poner al frente) con las crisis como ocasiones de crecimiento, tenemos el deber de aprender a hacerlo mediante el uso de los tres pares de verbos, antedichos, conscientes de que al obrar así, estaremos respondiendo, ad intra (desde nuestro ser interior: desde nuestro acto de ser, nuestra razón de ser y nuestra forma de ser personas), al imperativo ético y/o místico, adquirido.

 Ahora bien, este aprendizaje tiene, a su vez, un condicionante: el aprendizaje de la” misericordia, de perdonar y de ser perdonados que serán la medida de nuestra veracidad ante la crisis. Lo contrario será indicador de querer sacar provecho, en contra de buscar soluciones para crecer.
Estos dos movimientos de la misericordia son condición indispensable para que vivamos las “fidelidades: matrimoniales, conyugales y esponsales” a nivel ético (mejor y más perfecto que el-os acto-s moral-es) y/o místico

 No obstante lo antedicho, hemos de estar en sobre-aviso porque...  hay “muertes necesarias” para vivir sana y creativamente al interior de la vida de pareja... y sin las cuales no será posible una vida saludable, ni una vida gozosa ("porque la felicidad es una quimera emocional-erótica que dura lo que un chupete a la puerta de un colegio")... ni una vida de fidelidad.

 - Cuando uno de los dos no puede o no quiere vivir las exigencias impuestas por las crisis como reto de crecimiento, lo que exigirá al-a otra-o silencio ético para, con su fidelidad-silente, suplir las impotencias de la pareja. Este actuar de fidelidad, es un acto de heroísmo  martirial
- Cuando la muerte biológica obliga a re-definir el compromiso; es un acto de heroísmo-afectivo.
- Cuando, por el deterioro de los distintos modos de  salud, tengamos que aprender a vivir creativamente, a escuchar calculadoramente y a crear modos de no ocultar la verdad de nuestra pro-fesión (pro-fidere = tener fe = estar adherido a...) de nuestra opción mística, por no estar de moda y así crecer en la Fe y en la Esperanza de la acción del Espíritu Santo a la luz de 1ª Co. 7, 14 16

  
 
 

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión doctor. Si se pudiera, me gustaría que ahondara un poco más en el aprendizaje y aplicación de la misericordia (como perdonar y pedir perdón) no sólo como experiencia mística sino también desde las otras esferas de la persona humana. Muchas gracias nuevamente por estos diálogos enriquecedores. Un abrazo!

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  2. Johana, gracias por el estimulo que me aportas. Haré lo que me sugieresen breve tiempo. No he tenido acceso a mi computadora durante 3 meses y, por consiguiente tampoco al blog, por lo que no he podido continuar la labor dialogante con Uds.
    Asumo tu pedido como un deber para la continuidad del diálogo. Gracias

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