lunes, 1 de mayo de 2017

FRENTE A LOS CAMBIOS DE NUESTRA PAREJA, ¿ES LÍCITO REPLANTEARNOS LA CONTINUIDAD DE LA RELACIÓN?

Al hilo de la conversación con uno de nuestros dialogantes, hilvano algunas ideas que nos permitirán meditar las decisiones a tomar y tareas que habremos de hacer, partiendo del criterio de que... los cambios son signo de vida porque en la naturaleza solamente los cadáveres se descomponen porque han perdido la potencialidad de movimiento que sustenta el crecimiento; pero bien es cierto, también, que los cambios implican -siempre- algún grado de dolor y  pueden llegar ser letales, en cuyo caso sólo la "acción quirúrgica" puede devolver-nos la salud.              

-       Lo primero que hemos de tener en cuenta es que “lo que vivimos o hacemos “ a nivel de ribosomas, establece núcleos corpusculares de memoria de los aprendizajes que las vivencias y comportamientos han condicionado. Toda vivencia se transforma en aprendizajes

-       Estos aprendizajes neuroquímicos, multiplicados por las conexiones dendritales en conexión con otras experiencias y aprendizajes correspondientes o similares, con los que pueden establecer relación de similitud… se repetirán en nosotros, sí o sí, salvo que estemos en estado de alerta para modificarlos, para cambiarlos por otros contrapuestos o para canalizarlos hacia experiencias creativas, que nos sirvan de compensación ante las pérdidas que los cambios nos imponen. Los cambios  –siempre nos imponen emoción y conciencia de pérdidas- que nuestro cerebro se niega a aceptar. Esta negación del cambio es lo que denominamos “espacios de confort o bienestar. Es lo que expresa la sabiduría popular cuando dice “preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer.

-       Los cambios que intencionalmente nos imponemos, generan en nosotros conciencia emocional de frustración  que transformamos en comportamientos agresivos dirigidos hacia los demás, hacia nosotros mismos o en ambas direcciones (con frecuencia a causa de los sentimientos o complejos de culpabilidad que podamos experimentar). Frustración y agresividad son concomitantes, siempre, con mayor o menor intensidad pero la dupla es inevitable sin importar si los controlamos o no. Pero no es cierto que la represión=autoimposición de cambios sea, por sí misma, negativa.

-       Cuando los comportamientos o vivencias son caracterológicos, orgánicos o metabólicos, los aprendizajes tienden a fijarse como indelebles y a establecerse en nosotros como mecanismos obsesivos y/o adictivos. Las obsesiones son siempre adictivas, sin importar si nos causan bienestar o perjuicios porque tienen su raíz en el instinto de supervivencia del que pocas veces tomamos conciencia.

-       Cuando el proceso de aprendizaje hunde sus raíces en los modelos que tuvimos (o nos impusieron) en la infancia y/o adolescencia, difícilmente nos percatamos de la dependencia en que estamos y, consiguientemente, no valoramos la moralidad de los mismos con objetividad. En consecuencia no solemos tener conciencia de lo negativo de ellos ni del dolor que causamos en los que nos rodean. En estos casos nuestra conciencia queda adormecida por la-s costumbre-s.

-       Los cambios comportamentales, opuestos a los aprendidos inicialmente, no se consolidarán antes de 6 meses de ejercitación y si en este período se presentan recidivas, cuando se dan, el tiempo de remisión del aprendizaje antiguo y consolidación del nuevo se ha de contabilizar otra vez, como nuevo período de 6 meses,  hasta lograr romper toda recidiva.  (un ejemplo del organismo, al respecto, es la menopausia; no se fija sino luego de 12 meses contados a partir del último sangrado sin importar si es mucho o poco o si ha habido saltos de meses de no presencia de sangrado)

-       Luego de la remisión trabajada, habrán de ser objeto de vigilancia, análisis y evaluación con una periodicidad no mayor de un año; de otro modo se reactivarán espontáneamente o motivados por acontecimientos o personas nuevas, pues ningún aprendizaje se extingue completamente.

 
A la luz de estos 7 criterios hemos de analizar los comportamientos propios y los de los demás, sin importar que nos parezcan episódicos o circunstanciales, buenos o malos, leves o graves. Estos criterios de valoración moral, son irrelevantes pues todos son acumulativos.  Habremos de descubrir los mecanismos de aprendizaje que encubren y así juzgar su valor, para nosotros, nuestros proyectos de vida y para el valor que pueden tener para los demás.
 
Teniendo en cuenta la rectitud de conciencia, sin la que estos 7 criterios neuro-psíquicos valen nada, podremos afrontar la duda respecto de continuidad o no continuidad de la vida en pareja. 
Si continuidad... se nos impondrán (a ambos) cambios sostenidos en nuestros criterios, en nuestras emociones y en nuestras conductas para ser eficientes colaboradores del crecimiento de nuestra pareja, en las tres dimensiones que como personas nos constituyen: "corporal, sico-social y espiritual". 
 
La seguridad del éxito dependerá de la perseverancia (de ambos) en la vigilancia y estimulación de los valores que cada uno tiene y con los que nos enriqueceremos mutuamente y, nunca la seguridad dependerá de la superioridad de una persona sobre la otra o de la corrección de quien se crea superior. Si obramos así, fracasaremos o usaremos el mecanismo de la corrección para mentir y mentirnos. 
 
Si ruptura... se impondrán los mecanismos del duelo saludable. 


 

 

 

 
 









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