sábado, 1 de agosto de 2015

LA POLÍTICA, ES LA ACTIVIDAD DE LAS PERSONAS LIBRES.

En la cultura clásica griega a quienes no participaban, activa y conscientemente, de la actividad política los llamaban "idiotés" y estos eran los esclavos, las mujeres y los niños porque carecían de plenitud socio-cultural.

Estas apreciaciones, afortunadamente, han cambiado en el mundo occidental - heredero de la cultura helena-  y entre los mismo griegos, y por eso su gobierno actual ha sometido a referéndum la decisión político-económica que les imponía la CEU.  Los griegos actuales nos demuestras que la participación en la actividad política, al menos en los momentos cruciales, es una tarea de los que se consideran personas y, por ello, seres humanos libres.

No es mi intención hacer una apreciación sobre la situación de Grecia, de naturaleza social, económica o financiera porque resulta ser un poliedro con más caras que un icosaedro .  Sí me interesa aprovechar esta coyuntura para buscar diálogo en torno al tema  de la "actividad política" ciudadana.

La expresión "yo no soy política-o" = a "no me interesa la acción político-partidaria" es extremadamente frecuente entre todos los estratos sociales, culturales y en todas las edades.  Pero, al mismo tiempo, se critica con desaprobación y/o con desprecio el actuar de la "clase o casta política".   

Me parece de extremada incoherencia intelectual-racional e intelectivo-emocional o, dicho de otro modo, incoherencia de nuestra inteligencia creativa frente al cambio positivo, que nos exigiría el actuar contrario.
Atribuyo esto a nuestra pereza caracterológica por la que expresanos nuestra "sub-normalidad" social,  a la manera de los "idiotés griegos"pero nos auto-engañamos, creyéndonos libres y no esclavos.  En la práctica, seguimos siendo esclavos y alimentadores de la casta política, a la que criticamos y menospreciamos.

Esta pereza caracterológica e intelectivo-intencional (es decir, de no saber ni querer hacer algo para que nuestro derredor cambie con nuestro esfuerzo) es la consecuencia, a su vez, de la falta de preparación de los padres y de los docentes para ejercer las responsabilidades parentales y educativas: "la formación de las conciencias de niños y jóvenes desde su dignidad y libertad, que sólo se expresa teniendo consciencia de nuestras obligaciones":
  • de ser +, 
  • de ser agentes y responsables del propio éxito y de la estabilidad del éxito en el futuro y,
  • de estar obligados a satisfacer lo que hemos denominado "derechos".


En tanto la expresión de "yo no soy político-a" sea socialmente generalizada, como así percibo que es, estaremos denunciando que los sistemas educativos oficiales y los sistemas educativos indirectos, no están instruyendo ni educando bien y experimentalmente a las personas, ni en su dignidad individual, ni en su dignidad político-ciudadana.


Las razones más frecuentes que se esgrimen para justificar nuestro "idiotés  son tres: primera, que los políticos son una casta de izquierdas, de centro o de derecha, muy difícil de eliminar porque, en buena cuenta, con distinto nombre todos son iguales; segunda, que la actividad política engendra sistemáticamente corruptos y ladrones y, tercera, que nada cambia porque somos víctimas de tres mecanismos de poder muy poderosos que se ínter-apoyan:
  • el mecanismo económico-financiero que sojuzga y estrangula los mercados laborales y transaccionales con conciencia moral  próxima a 0 y con conciencia ética = 0; 
  • la maquinaria militar  que por la fuerza apoya los mecanismos económico-financieros al mismo tiempo que los explota, con conciencia cívico-cultural 0  
  • la casta política -civil y religiosa- que justifica legal y moralmente a las dos anteriores con conciencia psicopática (psicópatas), en la mayoría de los casos.
Las razones son constatables, por lo que nos parecen ciertas, pero los tres mecanismos de poder tienen  por común denominador "el mismo tendón de Aquiles": la soberbia y ambición del poder y éste es el mecanismo que les ha obligado al cambio.
En efecto, a trancas y barrancas y con lentitud de tortugas, a los tres mecanismos de extorsión ciudadana, para poder subsistir, no les queda otro remedio que afrontar sus acciones con, cada vez mayor, transparencia -aunque sigan intentando tramar opacidad-, y con mayor sentido del bienestar y de la igualdad de los votantes que son, a su vez, los que generan la economía que los sustenta.

¿Qué fuerza es la que mueve a "este paquidermo" cada vez con mayor velocidad, contra su voluntad e inercia? ... Porque el actuar lo político y de los políticos SÍ CAMBIA y los valores económicos y jurídico-legales de igualdad, TAMBIÉN CAMBIAN,
 
No otra que la acción mancomunada de las personas libres, a través de los medios de comunicación social.  Estas personas son, a través de las tecnologías, invulnerables o muy difícilmente vulnerables al aparato represor de los tres mecanismos.

Éste será, en consecuencia, el camino a seguir para que las estructuras de poder cambien a favor de lo que ha sido, teóricamente hasta ahora, el sentido de su actuar: EL BIEN COMÚN; el bien de las personas por encima del bien de los principios y del bien de las leyes, que es lo que argumentan los mecanismos de poder.


Pero todos estos mecanismos de incentivación del cambio corren el riesgo de "prostituirse" porque... poderoso caballero es don dinero... y llegar a ser un modus operandi más, a favor del sistema mecanicista, cosa que hemos visto reiteradamente.



¿Como salir de este entrampamiento de nuestro ser social, guiado por el apetito de poder que parece ser endógeno y  genético?


  • Mediante la educación experiencial y vivencial de nuestros niños, adolescentes y jóvenes en los quehaceres políticos que el sistema familiar, educativo y social, les puede ofrecer.
  • Mediante la participación activa, incentivada desde la familia, en toda acción que implique comprometerse en actividades sociales y de gobierno de grupos (actividades sociales de carácter altruista, lúdico, estético, deportivo, crítico y cultural, etc.)
  • Mediante períodos de silencio y reflexión comunitaria, incentivados por y en las familias, y por y en las instituciones educativas.
  • Mediante la denuncia pública, oportuna y mancomunada, a través de los medios de comunicación, del uso incorrecto del poder, por parte de las instituciones y personas que trabajan políticamente pero ineficientemente y/o incorrectamente.

Creo que estos mecanismos educativos están llamados a constituirse en los incentivadores de las virtudes sociales de: tolerancia crítica... de paciencia activa... y de justicia prudente.

Estas tres disposiciones educacionales, a su vez, están llamadas a constituirse en el cimiento de una sociedad enmarcada por:
  • la búsqueda de la verdad, que sólo se logrará entre todos, 
  • el actuar guiado por lo considerado como más justo para todos, 
  • el amor que guiará la toma de decisiones, a favor de las personas antes que a favor las normas, 
  • la paz que exigirá desarrollar la paciencia para saber esperar -activamente- el logro de objetivos.
Puede parecer, lo que expreso, una concepción utópica... y lo es, por cuanto la utopía es la perfección de lo posible, y todo lo aquí escrito es posible de hacerse; pero exige -a padres y educadores- salir de nuestros espacios de comodidad, guiados por un principio regenerador: aprender a ser dichosos luchando por cuanto SEA JUSTO... DESDE LA PAZ.


Creo que en la cultura occidental, a trancas y barrancas, la actividad política de todos los signos se orienta en esta dirección, lo que nos permite decir con la voz de la sabiduría popular, que "Dios escribe recto con renglones torcidos" y... ¡ vaya si están torcidos!

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