martes, 14 de enero de 2014

EL AMOR ESTÁ HERIDO DE MUERTE POR LAS FALSAS VERDADES - 2

En base al post anterior, me será más fácil contestar las preguntas que prometí responder, con la intención de no dejar cuestionamiento alguno sin responder. (tampoco pondré imágenes en este post)

Puesto que la persona humana está estructurada por la organicidad somática (o física), por la experiencia psíquica (o afectivo-cognitiva) y por todos los modos de vivencia espiritual (sexualidad o amor) y siendo esta última expresión la que da unidad, es la guía y da sentido a las otras dos, hemos de convenir en que el amor o sexualidad puede y debe estar implicado en la organicidad somática (o genitalidad) y de igual modo lo ha de estar en las vivencias afectivo-cognitivas. Pero es igualmente claro, en la experiencia de todos, que "del ser al deber ser" suele haber mucho trecho por lo que es necesario analizarlo y así contestar a los interrogantes de Anónimo y de Debora.

Es muy frecuente escuchar y leer que los varones y las mujeres amamos de manera diferente.  Hay dos dimensiones que distinguir: el actuar cotidiano en la expresión del amor y la "potencia de ser" personas en las expresiones de amor.

Indudablemente somos morfológica y funcionalmente diferentes y esto está condicionado filogenéticamente, para cumplir roles procreativos (biológicos y sociológicos) complementarios, pero cosa muy distinta es el condicionamiento  caracterológico cuya función genética es la comunicación propia de la especie que, en nuestro caso, la evolución de nuestro cerebro la ha llevado a superar e  independizarse de la fase filogenética, de manera tal que las funciones genital-procreativas no son ya instintuales sino solamente pulsionales. 

No existe en los seres humanos, biológica y científicamente hablando, el instinto sexual, aunque se afirme  lo contrario millones de veces en textos con cariz científico, divulgativo, procaz, coloquial o religioso.  Y porque así es podemos orientar nuestra pulsión genital-procreativa como mejor nos parezca sin que por ello, en estricto rigor, se produzcan disfunciones orgánicas o enfermedades ni patologías emocionales de ningún genero.  Podemos orientarla hacia la recreación, la socialización, la procreación o hacia la continencia con la más variada diversidad de intenciones (la ciencia, el arte, la política, la producción literaria, la religión, el servicio y todas las formas de altruismo en general)

De lo dicho se desprende que la diferencia en el amar erótico-genital entre varones y mujeres es solamente cuestión de educación o no educación del carácter de los individuos.  Desde mi experiencia profesional puedo aportar tres observaciones que considero valiosas para este análisis:
  1. Que la falta de educación de la espontaneidad del carácter y el control consiguiente del mismo ("los prontos") es la causa principal de las dificultades y consiguientes fracasos de las relaciones de pareja y, por lo mismo, de los divorcios y este es un mal que por igual atañe a hombres como a mujeres.  De aquí se deriva otra causa de dificultades graves para la relación de pareja: la dificultad o la carencia de diálogo verdadero.
  2. Que la educación en el auto-control del carácter es más fácil de observar entre las personas homosexuales que entre las heterosexuales.  Esto no quiere decir que carezcan de problemas las relaciones interpersonales entre estas personas pero sí nos pone de manifiesto que la "androgineidad caracterológica" (dominio del carácter para la comunicación) debería ser uno de los objetivos a proponernos alcanzar todas las personas, sin pretender renunciar a nuestro carácter, pues no lo conseguiremos por ser éste de naturaleza genética.
  3. Que las llamadas necesidades genitales de los varones y mucho más apremiantes que las correspondientes de las mujeres son solamente consecuencia de la falta de educación de carácter de los hombres.  En la práctica, tienen las mujeres mayor capacidad de respuesta erótico-genital que  los varones y más sostenida en el tiempo.
Las supuestas necesidades genital-caracterológicas, diferentes entre los dos géneros son disfraces del "apetito de poder" para el dominio de un individuo sobre el otro (y de ahí de un grupo sobre otro) porque no nos han enseñado en nuestra pubertad (tiempo prioritariamente importante) a conocer y dominar nuestro carácter de manera tal que esté orientado al logro de objetivos mancomunados, creativos y pausados en el tiempo y en ese proceso identificar el gozo de la existencia.  (Permítanme hacerles un llamado a releer los post relativos a la importancia de educarnos en la vivencia de la soledad y el silencio)   Por el contrario nos condicionan para alcanzar con la mayor rapidez posible y sin importar quién pague el costo de la inmediatez (si nosotros, los que nos rodean o ambos) lo que se nos antoje o nos proponga el marketing como momento promisor de "felicidad".
¿Qué hacer cuando esta realidad negativa nos haya alcanzado?... aplicarnos el dicho de que lo que no aprendió Pepito tendrá que aprenderlo Pepote.

Ahora bien, ¿puede la vivencia erótico-genital llegar a ser una expresión de sexualidad y amor?  Sí, puede y debe llegar a serlo para lo cual es imprescindible la creatividad conducente a la expresión y experimentación de gozo o de placer y, cuando así se logra, se habrá superado la dimensión genital para integrarse como dimensión emocional-afectiva-erótica porque tendrá como objetivo el gozo de la otra persona.  De no ser así, la relación genital no pasará de ser una modalidad más de "masturbación" (no entendido el término literalmente, claro está).  La sexualidad puede y debe expresarse en la genitalidad pero no se logra de manera espontánea; se precisa de consciencia que guíe al autocontrol, a la creatividad y a la generosidad; en suma a la educación continua del carácter.

Este comportamiento erótico-genial-creativo tiene, además de los costos inherentes a la creatividad, otros de mayor envergadura: romper dos expresiones de hipocresía: una, moral-religiosa y otra, social-política.

La hipocresía moral-religiosa expresada en la afirmación de que "todo acto genital ha de estar abierto a la vida" para ser moralmente saludable (vida es el  término que se usa para disfrazar el concepto  "procreación") .

La comunicación erótico-genital entre personas tiene triple finalidad: comunión emocional (pasional), encuentro personal (afectivo) y función procreativa (dar vida). Esta tercera finalidad no debe estar librada al azar, entre personas, sino que debe formar parte del orden, dirección y sentido de sus vidas para lo cual no puede dejar de ser previsible y, por lo mismo, no todo encuentro erótico-genital debe estar irrestrictamente abierto a la procreación pues, de no ser así la procreación carecería de dignidad personal.  El criterio es dictado por personas que no asumen la paternidad ni biológica, "por autodefinición", ni educativo-social aunque no tienen impedimento jurídico para ello y utilizan sistemáticamente doble-discurso: el oficial y el privado.

Ahora bien, sabido es que nuestra biología suele saltarse "a la torera" la capacidad de previsión y, a veces nuestros absurdos eufórico-pasionales ayudan a la biología y, entonces, la vida se hace presente como consecuencia de los mismos.  En estos casos la vida nueva ha de ser asumida como parte de la relación erótico-genital para que pueda tener la categoría de relación erótico-genital adulta, madura y saludable y, por ende, relación erótico-genital entre personas; no valen escusas que serán siempre expresiones de hipocresía amparadas por miedos a perder comodidad y buscar hedonismo, facilismo y secundar el carácter sin educación para afrontar responsabilidades adultas y la propia vida.

¿Y qué si la nueva vida es producto de una violación? 
Es claro el tema; se trata de un comportamiento patológico social, es la consecuencia de una enfermedad social; luego es la sociedad quien ha de asumir el fruto de tal patología como lo hace con cualquier otra enfermedad o pandemia y llevarlo, por la política y educación adecuada, a término saludable. 
Vale decir, no se puede condenar a la madre gestante a cargar con la obligación de una maternidad educadora que no eligió y de la que fue víctima, si es que no está preparada para hacerlo, pero la sociedad no tiene poder, ni moral, ni jurídico, aunque así se lo atribuya apelando a la democracia, para eliminar una vida humana con igual potencia de ser persona que cualquier otro ser humano engendrado.
La madre gestante sufre un "accidente social" como hay tantos accidentes que tenemos que sufrir y la sociedad tiene la obligación de ayudarla a superar esta "patología social.

Debatir políticamente sobre la licitud jurídica del aborto en estos casos es, simple hipocresía político-social, facilismo, hedonismo social, conveniencia económico-financiera, una forma más de encubrir la pena de muerte en lugar de afrontar la patología de la violencia de género con eficiencia, que de eso se trata.

Ambos modos de hipocresía tienen el mismo común denominador: búsqueda de ganancias; de dominio ideológico (sojuzgación de la libertad por la ocultación de la verdad);  ganancia social (proposición falsa  de redención de la conciencia), y ganancia económica (consecución de adeptos).

Llegados a este punto abordaré los interrogantes de Mary... pero lo haré en el siguiente post para no hacer éste más extenso.

lunes, 6 de enero de 2014

EL AMOR ESTÁ HERIDO DE MUERTE "POR LAS FALSAS VERDADES" -1

Responde este post a la promesa hecha a los dialogantes Mary, Anónimo y Debora, al comentar , CUANDO DECIMOS ¡ TE AMO !, ¿ QUÉ DECIMOS, VERDADERAMENTE ?
Tienen tanta densidad de contenido sus aportes e interrogantes que me veo obligado a responder en dos post; el primero de conceptualización teórica y marcadamente controversial en relación con lo que la gente dice, escribe y vive a todos los niveles (intelectuales, sociales, políticos, religiosos etc.) y, sobre esta base, en el segundo, responder directamente los cuestionamientos hechos.  No usaré imágenes esta vez, por lo extenso del tema.

He de comenzar por algo temerario: definir el amor. "Amor es el vínculo intelectivo-volitivo-libre que une a las personas para alcanzar la plenitud de su ser de personas, en la perfección de lo posible".
Excluyo de la relación de amor, a todos los entes no personales porque el vínculo que se puede establecer con ellos no puede tener homogeneidad paritaria: no se puede proponer como objetivo de la relación la plenitud de ser personas para ambas partes.
 
El amor, en la presente definición, está condicionado por la magnitud que las siguientes variables pueden alcanzar en cada persona: la inteligencia que guía la consciencia de ser personas con limitaciones, la voluntad para superar las limitaciones propias buscando la plenitud, gozosamente, de las mismas y la libertad de unión con otras personas para alcanzar la perfección de todo su ser de personas, hasta donde esta perfección les sea posible a las personas involucradas.  Estas tres variables se vinculan entre sí  constituyendo entonces el amor hacia sí mismo, y se vinculan con las correspondientes variables de otras personas, constituyendo el amor a alguien.  Es vínculo que hace la cópula y, por ello, hace fértil la relación de las tres variables (inteligencia, voluntad y libertad).

Ahora bien, estas tres variables, con la cópula o vínculo que las hace fértiles, pueden actuar sobre la totalidad de la persona en su compleja tridimensionalidad: somática o corporal, anímica o psíquica y espiritual o quedarse fijadas (estancadas obsesivamente o mayoritariamente) en alguna de ellas y dar origen a las vivencias emocionales, a las vivencias afectivas o a las vivencias sexuales. 

Solamente la vivencia consciente, intencional y volitiva de las tres dimensiones, guiadas por la consciencia espiritual (que no ha de confundirse con confesionalidad religiosa alguna) da lugar a la vivencia de la sexualidad.

La expresión inequívoca de la sexualidad humana es toda manifestación de creatividad que logre, eficientemente, el crecimiento y la expresión de los individuos como personas.  Los modos con que las personas nos expresamos creativamente son, en consecuencia, las expresiones de nuestra sexualidad, al margen de como sea o no sea la expresión de la genitalidad (o vivencia emocional) y de la expresión sexual (o relación afectiva)

La respuesta sexual de la persona humana, para ser tal, ha de ser orientada desde la sexualidad y para la sexualidad (es decir, por y para la creatividad) y desde ella la persona humana, asumirá el comportamiento y la conducta genital y no al revés si quiere ser y expresarse como persona; si invierte el proceso será un simple ser humano, un animal humano más, dentro de los millones de especies animales que existen en nuestro planeta.   La inversión de este orden y, consiguientemente la priorización de la emocionalidad (siempre erótico-genital) para el dominio del otro y en contra de la creatividad (lo que crea y hace crecer al otro) es lo que explica todas las violencias (entre individuos niños y adultos, entre parejas, en las organizaciones laborales, en las sociales tanto civiles como religiosas, los homicidios y las guerras).

Una cosa es la respuesta genital, otra la respuesta sexual y una tercera la respuesta de sexualidad.
Sé que lo expuesto no es fácil de aceptar porque se habla indistintamente de todo como si fuera una misma cosa y así se habla de "fases de la respuesta sexual humana" como si en eso solamente consistiera la sexualidad de la persona humana
Las así llamadas "fases" sí lo son pero de la genitalidad humana (como especie) algunas de las cuales involucran a la afectividad humana pero con eso no se involucra el actuar de la persona humana, necesariamente y, por lo general la persona preocupada por el éxito de estas fases está ausente de la vivencia sexual-afectiva y totalmente lejana de la sexualidad, especialmente entre los varones.

Es claro por el enunciado, que son tres los conceptos claramente diferenciables a tenerse en cuenta en la formación y en la vivencia de esta realidad: sexualidad, respuesta sexual y conducta genital.

La Conducta Genital: es todo comportamiento biológico de los organismos humanos, conducente a la experiencia de placer y a la reproducción.
La conducta genital está guiada por la vivencia emocional-erótica: ambas experiencias están intrínsecamente unidas por nuestra química neuro-endocrina, es decir, funcionan en razón de los mismos estímulos hormonales en razón de lo cual nunca se vivencia una dimensión emocional sin que deje de expresarse la apetencia eróticaEl grado de conciencia sólo depende de la atención (o tiempo que le queramos dedicar) e intención (u objetivos que pretendamos alcanzar) que pongamos en el objeto de apetencia emocionalEsto nos afecta desde nuestra lactancia hasta las vivencias espiritual-religiosas  (prueba de lo dicho son las expresiones de erotismo de los lactantes y las confesiones -experienciales-de algunos místicos)  y tiene como base de acción el diencéfalo.

La Respuesta Sexual: es el conjunto de conductas de interacción interpersonal conducentes a la comunicación consciente entre seres personales.
La base de esta interacción comunicativa es el conocimiento mutuo que inevitablemente interactúa pro y post conocimiento con las vivencias emocional-eróticas. Y por la acción del conocimiento las conductas dan origen a las vivencias afectivas  de aceptación y/o rechazo. Las conductas son todas posteriores a nuestras emociones.

Toda vivencia afectiva es, en consecuencia, un modo de comportamiento emocional-erótico, guiado por el conocimiento del valor de alguien para el logro de nuestras intencionalidades; de no ser así, solamente nos moveremos en el plano de las vivencias emocional-eróticas
En consecuencia, hemos de eliminar la falsa conciencia del altruismo a ultranza en la relación afectiva y nos afecta esta realidad en todas nuestras relaciones desde las parentales o familiares hasta las empresariales e intelectuales, sin eximir a las altruistas, apostólicas, religiosas y espirituales.  Y, claro está, esto tiene costos que, generalmente, no nos han enseñado a identificar ni educado para vivir con libertad espiritual, sino con temor estéril, porque nada de cuanto hacemos por "los alguien" se escapa a esta realidad. Tiene como sustento de acción el neocortex básicamente operativo-funcional.

A la luz de lo dicho es que debemos analizar los enredos e intrigas que se generan en los ámbitos laborales, sociales, empresariales, políticos (tanto civiles como religiosos) que entorpecen permanentemente las vidas personales como las societarias (civiles y religiosas).  No discriminamos ni orientamos rectamente lo emocional-erótico de lo afectivo porque en nuestro fuero interno no lo llamamos por su nombre para no tener que afrontar la toma de decisiones, guiados por la verdad.

La sexualidad:  es pues el uso consciente, diferenciado e intencional de las vivencias genitales (o emocionales) y sexuales (o afectivas), para ser y expresarnos como PERSONA entre personas.  Así definida y vivida, la sexualidad es equivalente al amor. En consecuencia, es falso que se pueda hacer el amor: el AMOR SÓLO PUEDE SER CREADO, es decir, consecuencia de la creatividad que puede manifestarse en el ámbito de lo emocional (o erótico-genital) y en el ámbito de lo afectivo (o cognitivo) pero que habrá de estar desbordado por la búsqueda consciente y estable del crecimiento de las personas que libremente se vinculan (o copuladas desde el espíritu). La base orgánica de acción de la sexualidad es la estructura prefrontal (base de las acciones volitivo-intencionales)

Si, para las personas humanas,  podemos expresar como sinónimos los términos sexualidad y amor, el estado que mejor los definiría a ambos sería la ESPONSALIDAD cuya etimología (ex - pondum -allii) equivale a QUITAR EL PESO AL OTROEn esta tarea de quitar el peso de la historia, del carácter y de las circunstancias al otro, puede estar involucrada la genitalidad o no estarlo pero, sin duda, siempre estará involucrada la vivencia emocional-erótica, como inequívocamente lo estará la afectividad (o conocimiento de las necesidades del otro) y lo que de ninguna manera estará ausente será la libre y consciente voluntad de unión, de vínculo,  de cópula de ambos espíritus.

Estas tres formas enunciadas de vivencia son evolutivas y, por lo mismo, circunstanciales-cambiantes y posibles de salud y de patologías.  De forma tal que se precisa de acciones terapéuticas preventivas o profilácticas y de acciones curativas periódicamente para asegurarnos la salud de las mismas.

Las acciones preventivas son el conjunto de estrategias terapéuticas para la educación del carácter y el control de la espontaneidad del mismo.
Las acciones curativas son el conjunto de estrategias para el estudio del impacto que la historia personal vivida (infancia, relaciones parentales y familiares, eventos significativos, etc.) sigue teniendo en las relaciones interpersonales que establecemos (sociales, laborales, de pareja, etc.) Exige ajustes periódicos terapéuticos sobre el diálogo que tenemos con los demás con quienes nos vinculamos en forma continua o esporádica y sobre la calidad del mismo.

Espero sepan disculpar lo extenso de este post; con base en él podré responder los interrogantes hechos por las personas mencionadas al inicio del mismo y a las explícitamente dialogantes que se quieran sumar ahora.













 

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