domingo, 21 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD COMO EXPERIENCIA BIPOLAR

La bipolaridad puede ser una experiencia episódica, en nuestra vida, o una forma estable de personalidad con expresiones más o menos graves de comportamientos psico-patológicos, y que afectan por igual al individuo que la experimenta como a aquellos que conviven con él. 
 
En ambos casos se caracteriza por tener un estado de ánimo fluctuante e incontrolado, desde la euforia hasta la depresión y el origen puede ser: - psicogenético (predisposición caracterológica), - aprendido (por repetición de modelos de convivencia) y/o - episódico de corta duración pero que predispone para constituirse fácilmente en una forma de ser y vivir porque, por paradójico que pueda parecer, la persona suele juntar con ese estado doloroso y patológico, algunos comportamientos histéricos que constituyen modos o formas de confort (yo soy así y me tienen que aceptar así).
 
Pueden aparecer en cualquier momento de la vida pero hay circunstancias que facilitan el desencadenamiento o la reaparición de estos síntomas; uno de esos momentos es el período de las fiestas de Navidad.
En este período pre-navideño y navideño se incrementa el número de suicidios, lo que no puede dejar de ser un síntoma delator de neuroticidad individual y colectiva.
 
La explicación de tal fenómeno es fácil de entender.  En el mundo occidental judaico-cristiano, la navidad gira en torno a un Niño y a la niñez y se ha tejido por siglos, un conjunto de comportamientos colectivos-mitológicos-enajenantes, que nada tienen que ver ni con el hecho histórico ni con el hecho teológico, pero sí propugnan expresiones de euforia, de alegría, de confraternidad, de solidaridad y de unidad familiar que se han convertido en tradiciones estético-sociales. 
Todos estos sentimientos, emocionales y de racionalización, en la mente y vivencia de los adultos pueden ser más o menos válidos porque son asumidos como episódicos, como simbólicos y como anhelos estéticamente deseables o apetecibles.
 
Pero en la mente de los niños toda la "mitología tradicional" se constituye en "realidad emocional-lúdica, estable y necesaria" porque esa es la potencialidad que su maduración intelectual les permite experimentar.  Hasta aquí nada de particular porque obedece al estadío de maduración neurológica (límbico, talámico y subtalámico) propio de estas edades y sin importar las diferencias de vivencia que puedan observar y experimentar en su derredor, su inteligencia emocional las transformará en experiencias positivas de vida.
 
La gravedad comienza cuando estas experiencias emocionales (más o menos gratas en función de la parafernalia que puede haberlas acompañado) que se transforman -necesariamente- en "aprendizajes vivenciales mágico-míticos" y que inconscientemente buscarán repetirse, de memoria año tras año, no puedan en la vida adulta ser repetidos. 
 
En tales circunstancias y dependiendo del carácter que hayamos heredado, es decir, de la mayor o menor emocionalidad y de la mayor o menor capacidad para transformar lo que nos rodea, haremos  "regresiones histéricas de neuroticidad bipolar" que tendrán como expresión la melancolía (desde la nostalgia hasta el suicido) y/o la euforia reactiva (desde la alegría más o menos forzada hasta el desborde social que en ocasiones llega a ser homicida). 
 
Frente a estas realidades vivenciales, subjetivas e  intansferibles, hay opciones psicoterapéuticas que podemos y en algunos casos debemos asumir para superar la bipolaridad navideña:
  • conectarnos emocional y racionalmente, desde nuestra posible bipolaridad (euforia y/o depresión), con las dimensiones místicas (teológicas y/o civiles) que estas fechas tienen para, a continuación, obrar coherentemente con tales dimensiones de manera práctica (individual o socialmente; religiosa o cívicamente).
  • transferir a los niños que nos rodeen, nuestras vivencias pasadas, despojándolas de la mitología y magia que nosotros hayamos mal-vivido a fin de que las nuevas generaciones puedan experimentar con libertad las místicas diversas de estas festividades.
  • dejar de perseguir la "felicidad que comercialmente se nos ofrece en estas fiestas" y que no es otra cosa que un sucedáneo de las "expresiones maníacas" de nuestras histerias colectivas, para proyectar, como mística adulta, la serenidad fraterna. 
  • hacer momentos de silencio porque, desde la mística teológica, el Niño de Navidad implica parentalidad y un Hijo implica fraternidad, para encontrarnos con la riqueza mística de ser hijos  que van al encuentro de  hermanos dolientes, maltratados o infantes (los que no pueden hablar).


Con la ejecución de esta "psicoterapia autagógica", saldremos de nuestras historias, de nuestras histerias y de nuestras neurastenias subjetivo-individuales y podremos, en verdad, decir y desear a próximos y ajenos ¡ FELIZ NAVIDAD ! con, sin o a pesar de nuestra bipolaridad.
 
 



 

jueves, 13 de noviembre de 2014

LOS ADULTERIOS ESTÁN DE MODA pero... ¿SON EXPRESIÓN DE LIBERTAD?

La palabra "adulterar" en castellano, al igual que en francés, inglés y portugués tienen idéntico significado: el de falsificar o alterar la verdad y el de alterar la pureza o calidad de algo.
En buena cuenta, adultera quien miente; se adultera la verdad porque se da un "producto" distinto del que se ha ofrecido.

En cambio, la palabra "adulterio", en nuestra cultura judaico-cristiana se suele leer en el contexto sexo-genital y, por ello, se identifica con el concepto de "in-fidelidad sexual" entre personas que han prometido relacionarse, sexualmente, con exclusividad y excluyencia. 
De esta manera se han superado: la limitación lingüística y la limitación bíblica tanto del antiguo como del nuevo testamento.
Como consecuencia, las personas que respetan la relación exclusiva sexo-genital con la persona elegida, se sienten fieles mutuamente y aseguran que, al hacerlo así, afirman no ser adúlteros y refuerzan su libertad
Obedecen a una miopía intrapsíquica  y falaz, porque la conducta del adulterio se ha democratizado y suele confundirse lo democrático con lo real y con la verdad cuando, sabido es que la verdad casi nunca es democrática.

El resultado es que una notable mayoría queremos ser tan adulteradores "como el otro a quien criticamos o miramos con recelo" pero "sin asumir las responsabilidades del criticado" y así, p.e., el trabajador dependiente quiere usufructuar el bienestar del empleador y para ello cuando pasa a ser autoridad o empleador  (en su casa, en el sindicato, como trabajador autónomo, etc.) se implica en la misma conducta de corrupción o adulterio de las leyes sociales que el jefe o la autoridad; los solteros hacen vida de casados y los casados queremos hacer vida de solteros  pero sin asumir las consecuencias familiares que tiene este comportamiento. ¿Porqué? porque los adulterios  o corrupción de la propia identidad, funciones y responsabilidades se ha democratizado y lo que es más grave "no se puede enseñar ni denunciar lo contrario" ni en la familia, ni en la escuela ni en las universidades, ni en los espacios terapéuticos . Eso sería antidemocrático y retrógrado.

Las actitudes y las conductas predisponentes para la adulteración, por consiguiente, tienen dos ámbitos de expresión:
  • el de la vida pública de las personas, en la que el "arte de adulterar" equivale a desarrollar la "pericia para mentir con aplomo, la astucia para engañar con erudición y el cinismo para estafar a las conciencias crédulas con impunidad "..y
  • el de la vida privada, en la que las personas se "prometen fidelidad mutua" en el uso erótico-genital pero con consciencia de que el compromiso es temporal, por aquello de que lo humano no es ni perpetuo, ni eterno,  ni absoluto; lo humano está relativizado por la naturaleza-evolutiva y el tiempo que todo lo aniquila. Por consiguiente la verdad dicha, la verdad prometida y la verdad vivida se toman, siempre, de acuerdo a las circunstancias, de acuerdo a la oportunidad, de acuerdo a la conveniencia, de acuerdo al costo-beneficio que nos reporte.

Por consiguiente y por igual en la adulteración que en el adulterio, lo que queda fuera de todo contexto es la VERDAD y la VERACIDAD... 
  • La verdad queda fuera porque resulta ser un absoluto, y por ello, irreal en el contexto humano
  • La veracidad queda fuera porque es insostenible humanamente si se quiere vivir ejerciendo actos autónomos es decir: sin cortapisas morales en el orden moral-social... sin restricciones mentales en el orden ético... y sin teologías y/o ideologías en el orden místico.
Los costos de la NO VERDAD y de la NO VERACIDAD, de dolor, sufrimiento y muertes  para las personas débiles,  para las personas indefensas,  para las personas pobres... pueden sernos inconscientes, pero son ineludibles.
Porque no es lógico creer a quien "en el ahora" de su vida no es fiel a las identidades propias ni respeta las identidades de la otra persona,  pero sí promete ser fiel en los momentos de apremio, de crisis y de soledad que "posteriormente" tendrá que afrontar ineludiblemente. La experiencia neurológica nos enseña que volverá a adulterar y/o al adulterio porque nunca lo quiso reconocer como tal.


Por contraste lógico con lo antedicho, la veracidad como predisposición para pensar, expresarse y vivir con fidelidad tanto en el ámbito público como en el entorno privado requiere:
  • del apoyo de un contexto moral -que nunca es privado sino societario o comunitario-
  • o de un contexto ético que además de comunitario es intelectivo y crítico -en comunidad o asociación-
  • o de un contexto místico, teológico y/o ideológico que habrá de ser trascendente,  además de ser social-comunitario e intelectivo-crítico.
y por lo mismo, habrá de estar por encima de los intereses humanos propios y a favor de prestar ayuda a las personas que nos rodean supliendo sus carencias morales o éticas, pero sin excluirnos de ser ayudados por ellas.  

Este proceder también tiene costo inherente; es el mismo que el de pasar de ser, un ser humano a ser personas humana; es estar dispuestos a ser diferentes, de ser minorías, a ser segregados hasta en nuestros ámbitos más cercanos (parejas, familias, centros laborales, iglesias, partidos políticos, centros sociales e intelectuales, etc.) y hasta estar dispuestos a desarrollar ciertas formas esquizoides de personalidad (esquizoide significa tener comportamientos de aparente o real timidez), es decir, dispuestos a estar solos.

Que lo que propongo no es fácil ni espontáneo, lo sé por experiencia personal y por aprendizaje profesional; pero tampoco es un mundo de dificultades insalvables.  En la práctica, ser veraces es cuestión de 1.- atención a nuestras formas caracterológicas-espontáneas para darnos cuenta de las circunstancias y de los ambientes en que no lo somos y de 2.- tener intención práctica renovada  de obrar con verdad desde la moral, desde la ética, desde la mística y/o ideología para auto-delatarnos cuando fallemos.  La auto-delación es necesaria porque de otra manera incurriremos en el primero de nuestros aprendizajes neuro-lingüísticos  derivados del temor: LA MENTIRA (no verdad) y la MITOMANÍA (no veracidad).

Es el costo que hay que pagar para no adulterar o no ser infieles profesionalmente; para no adulterar en nuestros grupos societarios (parejas, familias, amistades, centros de ocio, centros culturales, científicos, políticos, religiosos etc.) para no adulterar la escala de valores que rige la orientación y el sentido de nuestra vida desde y hacia lo trascendental. Es el costo que tiene el ser fieles, yendo más allá de lo emocional y  sexo-genital, porque esto es sólo una parte de nuestras identidades.

Cuan cierta es la sentencia "sea vuestra confirmación SÍ o NO; porque todo lo demás es malicioso, es perverso, es diabólico" y cuan claramente aparece que adulterar y adulterio son expresiones de conductas patológicas por inmorales o por carecer de ética y por no tener la dirección puesta en las personas sino en el hedonismo que deriva de la pereza y del miedo a ser y comportarnos con identidad de adultos y no de adolescentes tardíos.
Porque el miedo y la pereza son los padres de la mentira y, por ende, de la infidelidad de toda corrupción y de todo adulterio.  Y de la mentira sólo podemos esperar... traiciones, esclavitudes, homicidios fratricidas.
 
 
 
 




jueves, 4 de septiembre de 2014

LA FELICIDAD O LA SERENIDAD ¿SON POSIBLE?

Si preguntamos a quienes nos rodean qué es lo que más han deseado en la vida, la mayoría nos responderá... ser felices.  Volvamos a preguntarles si han conseguido ser felices y nos responderán  que... a ratos, a ratos muy cortos.

¿Por qué si todos anhelamos ser felices y nos deseamos felicidad en multitud de momentos de la vida, si afirmamos que lo que más nos importa para nuestros hijos y para las personas que queremos es que sean felices... sólo a veces,  muy pocas veces logramos ESTAR felices y por temporadas? ¿SER felices no es posible?

Este interrogante resultó muy largo y se me ocurre justificarlo diciendo... "porque la felicidad hay que perseguirla por laaargo tiempo", para quizás no alcanzarla y porque cuanto más largo tiempo la persigamos menos probabilidad tendremos de tenerla.  Ejemplo de lo dicho son los esfuerzos hechos por las personas de edad avanzada... llevan aaaños, muchos años de tras de la felicidad y a la vista está que cada día les queda más lejana.

Se han acuñado muchas frases y de diversos autores célebres sobre lo que es la  felicidad y sobre cómo alcanzarla, cultivarla y conservarla pero todos estos textos inciden en un mismo concepto: la felicidad de es un sentimiento, un conjunto de emociones gratificantes, momentos de sentimientos gratificantes.  Aferrarse a sentimientos, o querer atrapar emociones es lo mismo que pretender abrazar al aire; él sí nos puede rodear o metafóricamente abrazar pero nosotros a él no y eso mismo pasa con las emociones y sentimientos. Por eso, si la felicidad es un conjunto de emociones no la podremos poseer nunca. Ella sí nos podrá tocar de vez en cuando.

Creo que la felicidad no es un sentimiento sino un conocimiento o una certeza, que pueden provocar en nosotros emociones, unas veces gratificantes y otras veces no, de mayor o menor duración.  Y en ese conocimiento intervenimos por igual nosotros y quienes nos rodean.

La felicidad está condicionada por  4  variables; las tres primeras dependen de nosotros, la cuarta depende de quienes nos rodean. Las tres primeras son: lo que somos; lo que hacemos y, lo que creamos; la cuarta es la valoración por parte de quienes nos rodean de los que somos, hacemos y creamos. Somos felices si nos valoran por lo que somos, por lo que hacemos y por lo que creamos y, por desgracia, sin importar si lo como somos, lo que  hacemos. y lo que creamos es bueno o malo.

Esto explica porqué es tan frecuente escuchar "mis hijos son mi felicidad"... sí, mientras estos son pequeños... porque valoran sin restricciones lo que somos, hacemos y creamos, pero ¿podemos decir lo mismo cuando nuestros hijos son mayores en edad e incluso mayores que nosotros en conocimientos o en poder social y económico? ¿verdad que entonces ya no nos valoran tanto, si es que nos valoran algo? Y, en general ese algo está en relación con el pasado por lo que más  será agradecimiento que valoración, aunque a veces agradecimiento y valoración pueden coincidir.

Como quiera que la felicidad no sólo depende de nosotros, para asegurar nuestra valoración nos hemos visto impulsados a crear un referente místico; alguien o algo que, con seguridad, nos valore por lo que somos y nos acepte con benevolencia en lo que hacemos y creamos.  Y así aparecen...
- la multitud de formas místico-religiosas de la expresión humana, en búsqueda de valoración con aceptación incondicional
- la multitud de ideologías místico-sociales en búsqueda de valoración por lo que hacemos, con supuesta intención altruista
- la multitud de maneras de trascender nuestra historia solipsista por la valoración que, a través del tiempo, puedan hacer los demás de nuestros alcances tecnológicos y creaciones que les aportemos
Con una de estas tres maneras nos aseguramos "yoísticamente o solipsísticamente" la propia valoración. Y por eso, en tono de broma se dice que uno se realiza cuando "tiene un hijo, planta un árbol y escribe un libro"

Qué deseable sería que todos fuésemos valorados por quienes somos; entonces seríamos, de veras, felices.  No tendríamos que demostrar nada y nada exigiríamos. ¿Verdad que pensar así nos obliga a creernos niños?... porque ni los reyes hoy son aceptados por quienes son, ni los protagonistas de los cuentos de hadas.
 
A todos se nos exige más; se nos valora por lo que hacemos, siempre y, con alguna frecuencia por lo que creamos. Y como lo que hacemos y creamos dura poco, permanentemente estamos en deuda y, consiguientemente, no se nos valora si no seguimos haciendo y creando.  Esto explica la dura condición de las personas mayores; como no pueden seguir haciendo y creando en ninguna de sus dimensiones de vida, pues no se las valora y cada día la felicidad se va desdibujando de sus rostros, porque se lo digamos o no, estorban porque no les reconocemos valor.
 
Siendo esto así, ¿es posible ser feliz?
  • De niños, difícilmente, porque por los límites que los adultos les imponen no les permiten ser niños y se les pide hacer cosas creativas con disciplina de adultos y a ritmo de adultos.
  • De adolescentes, no, porque ni se les permite seguir comportándose como niños ni se les permite experimentarse como adultos creativamente, con libertad, aunque se la tomen.
  • De jóvenes, quizás, si tienen la suerte de encontrar mecenazgo para su quehacer y crear; de otro modo no, porque no se sentirán valorados por lo que son; sólo por lo que hacen que nunca será suficiente porque el marketing les señala mayores metas deseables.
  • De adultos maduros, sí, si han sido previsores para consolidar la independencia creativa, por la que a sí mismos se valoren; de otro modo no, porque hacen cada vez menos y crean más lentamente.
  • Los ancianos... ya lo hemos dicho... NO y esta es la resultante de nuestra vida a la que eufemísticamente llaman "tercera edad" cuando en realidad es... la ÚLTIMA... que se valora y  que existe.

Si la felicidad no nos es posible como estado, como posesión, que sólo se nos da a cuentagotas y a migajas en razón de esas cuatro variables que la componen y que, en buena cuenta, depende más de los demás que de nosotros ¿porqué nos dejamos deslumbrar por sus múltiples espejismos? ¿Quiénes nos han engañado o nos siguen engañando?  
 
El cultivo de la serenidad como forma de vida, por el contrario, tiene sólo una variable y ésta depende sólo de nosotros:  aprender a valorar y valorarnos en todo momento como contingentes y, por lo mismo perfectibles.
 
Nuestro ser, hacer y crear quedará reducido a la conciencia actuante y permanentemente exigente de perfectibilidad, sin prisas y sin dependencias de nada ni de nadie, porque será tan perfectible y contingente como nosotros.
Pero, al mismo tiempo y para alcanzar este nivel de libertad activa sin caer en el solipsismo y en el conformismo, insostenibles por ser patológicos, necesitamos re-educarnos en la vivencia de la soledad-creativa pero expuesta, voluntariamente, a la crítica comunitaria porque por nosotros, solos, pronto caeremos en la pereza.
 
La vivencia de la serenidad como estado de vida y conciencia creativa, tiene como aliada necesaria la vida mística, imprescindible para poder ser persona entre personas y para las personas: serenidad mística, sí es posible siempre; la felicidad permanente, es una quimera en cualquier estado de vida que se pretenda pensar. (antiguo post  LA SOLEDAD PARADOJA NECESARIA...)








lunes, 4 de agosto de 2014

LA HISTORIA "MAGISTRA VITAE" UNA Y OTRA VEZ REPETIDA, POR LA SEUDO-CONSCIENCIA DE LAS ENTIDADES TRANSNACIONALES Y LA CONCIENCIA APÁTICO-OPIÁCEA O AMORFA DE LOS INDIVIDUOS PERSONALES

Las noticias de interés que se cuentan hoy en  todos los noticieros "disque-decentes", son tres: las masacres Ucranio-Rusa y Palestino-Israelí y el Ebola de los países africanos. 
 
Pero no sé de foros públicos de análisis que busquen provocar consciencia humana sobre estos temas, que sería la fase primera para crear conciencia personal, vale decir, comprometida con las personas que sufren estas noticias. 
, en cambio, y en forma continuada y sistemática se estudia y divulgan informaciones sobre temas económico-financieros de toda índole, a través de las mejores cadenas de comunicación social para así, sesgar la conciencia de los individuos a favor la necesidad de posesión económica que nos permita:
  • incrementar el consumo,
  • agilizar la competencia tecnológica al servicio del artificio del bienestar 
  • asegurar el hedonismo en todas sus formas y con cuantas mayores manifestaciones de ostentación social, mejor.
Y para complementar y reforzar este aprendizaje, periódicamente se entrega a toda la humanidad el más eficiente "opio del pueblo: el fútbol" o cualquier otra forma de deporte con lo que se anestesian todos los males de la humanidad.  Se ha hecho del deporte el ícono por excelencia del culto y valoración del cuerpo; en la praxis económico-política "legal" no existe quehacer humano que valga más que el de un deportista.

A mi juicio existe una razón fundamental (junto a otras muchas secundarias) para que los objetivos prioritarios y apremiantemente urgentes de las personas dolientes - guerras fratricidas, epidemias y cataclismos, sólo sean objeto de información pero no objeto de estudios y conocimiento, y esta es que los comunicadores -civiles y religiosos de todas las confesiones-  y los informativos del mundo -públicos y privados- obedecen a la "filosofía del capitalismo -ateo y religioso- con más colores que el arcoíris y más cabezas que una hidra  =   los bienes son limitados y sólo eres alguien, si los tienes" y no importa como los adquieres porque, con ellos, puedes hacer cambiar las normas morales para su valoración, es decir, puedes hacer cambiar la leyes y todo se juzgará como moralmente legal, incluso los asesinatos y estafas.
 
Todos obedecen a una consigna: no identificar, para no tener que denunciar, a quienes directa e indirectamente, financian esas guerras fratricidas porque, si lo hicieran, perderían sus prebendas, sus capitales y su estado do confort hedonista. Y para no perderlo intentan contaminarnos con información sesgada y distractores válidos, y tenemos  que reconocer que  logran eficientemente su objetivo.  

Ni Israel, ni Palestina, ni Ucrania, ni la misma Rusia pueden mantener su nefasta acción homicida, y en algunos casos secular, sin apoyo financiero transnacional, es decir, de los organismos tecnológicos y financieros que sólo pueden tener seudo-consciencia de sus intereses homicidas porque pretender atribuir conciencia en esos organismos... es "un imposible jurídico".

Tenemos que decir lo mismo de los representantes de turno en la ONU en la CEE, en las Iglesias, que son cómplices pasivos e interesados en no perder su hedonismo y sueldos y se contentan con "declaración de intenciones" sin ejecutar acciones jurídicas y económico-comerciales, que sí están capacitadas para ejercer, sobre las entidades tecnológicas, sobre las entidades financieras y sobre los gobiernos de las naciones que son co-responsables de los genocidios presentes y con los que lo han sido con su actuar arbitrario en la historia y que en estos momentos "miran para otro lado".  Si controlaran esas fuentes de financiación se acabarían los genocidios y los abusos de un pueblo sobre otro pueblo hermano, tanto étnica como históricamente.
 
¿Qué podemos hacer y que debemos hacer nosotros?... Dejar la apatía a la que intentan inducirnos y salir del estado amorfo-opiáceo o de acomodación a lo que venga, a lo que nos toque vivir ... "huy qué horror" tan cómodo.  ¿De qué manera?... 
  • Tomando conciencia de los hechos por medios diferentes a los oficiales a fin de llegar a conocer con mayor profundidad la veracidad del drama humano, personal e histórico en que estamos inmersos, "porque estamos inmerso": sabido es que "nada de lo humano nos es extraño", si es que verdaderamente somos personas, y si desarrollamos la conciencia mística, hay sentencia dictada "lo que con tu hermano hayas hecho, a Mi me lo has hecho"
  • Denunciando:1-  a los medios de comunicación, la parcialidad y sesgo que descubramos en su información; 2- a nuestros gobernantes -civiles y religiosos, la tibieza, la impropiedad o la injusticia en que pudieran estar incurriendo en el trato de estos temas o en el silencio de los mismos; 3-  a nuestros educadores, de todos los niveles, si no incluyeran estos temas con el método "Decroly" u otro, en el proceso de formación de nuestro hijos porque estarán siendo cómplices pasivos de la deformación de sus conciencias.
  • Comprometiéndonos a usar las "redes de la informática" que ponen a nuestra disposición, el uso multiplicador del tiempo, a favor de esta causa y nos permiten ponernos en contacto con enfoques diferentes a los nuestros y así enriquecernos en el conocimiento y alentarnos en la acción.  Bueno es el internet de ocio, socialización y buen humor porque, sin duda, todo colabora para nuestra salud pero, "cuando nuestra vecindad arde, urge que todos seamos bomberos", asociándonos con toda entidad que persiga los mismos fines. 
Si cada uno desde su experiencia, desde el saber de su profesión, desde la destreza de su trabajo, aporta a la toma de conciencia y a la denuncia... terminaremos por sacar a luz la inconsciencia depredadora de los financiadores económicos, de los financiadores tecnológicos y de los ideólogos de la violencia.
Con el uso fundamentado pluri-profesionalmente de las redes acabaremos con el imperio económico y homicida de los gobiernos que, hoy y ayer, se reparten la vida miserable y la pobreza de cientos de millones de personas para crear  miles de millonarios.
 
Estoy convencido de lo que comparto para dialogar, porque los vendedores de la seudo-conciencia de las entidades transnacionales sólo temen perder el mercado que abastece sus arcas y, ese, somos nosotros.  Cambiarán de estrategia comercial cuando se sientan amenazados por la multitud que pasó de la inconsciencia amorfa del YO, a la conciencia personal y denunciadora del NOSOTROS-HERMANOS, con Padre común. 
 
 
 
 
 
 
 
 



 

sábado, 5 de julio de 2014

SÓLO LA VIDA MÍSTICA NOS HARÁ PERSONAS EN EL SIGLO XXI

Me sugirió un dialogante anónimo, en comentario anterior, abordar el tema de la dimensión mística en la persona humana y habiéndoselo prometido, cumplo hoy y lo comparto con todos.

Yo quedo extasiado como un niño que despierta al mundo, cuando a diario contemplo el fluir de la naturaleza, hasta en los grandes cataclismos, pero no puedo menos que quedar pasmado con las noticias de Israel y Palestina, de Siria, de Ucrania, de Irak, de Afganistán, de los Países Sub-Saharianos... y ante la actitud de La Comunidad Europea, de EE. UU., de los DIEZ PAÍSES MÁS RICOS DEL PLANETA y de la ONU, frente a estas realidades impertérritamente genocidas


Y en el plano ciudadano y familiar cotidianos... muertes por violencia de género in-crescendo alrededor de 2 por semana, violaciones sexuales a razón de una por cada 6 minutos, el 70 % reportando haber sido asaltados y robados, las extorsiones institucionalizadas tanto en las sociedades civiles como religiosas y las extorsiones políticas, profesionales y jurídicas a la orden del día...


Ante esta realidad me pregunto, ¿ qué nos hace personas a los seres humanos ? o ¿ quién nos hará personas a los seres humanos ?  Porque, claro está: animales de la especie humana sí somos ¡ Y DE QUÉ CALIBRE !, pero... ¿ habremos alcanzado la dignidad de personas humanas ?  A la vista de los resultados antedichos, hay razones para dudarlo.
 
Karl Rahner, a mediados del siglo XX, profetizó sobre los cristianos del siglo XXI, que "el cristiano que no fuera MÍSTICO, no podría ser cristiano" y yo, me permito parafrasearlo diciendo que "el ser humano que en el siglo XXI no sea místico, no podrá ser persona"
 
Rahner lo decía porque previó que los cristianos solo en la fe sostenida por la oración podrían mantener su vivencia, pues ya no tendrían ni organizaciones sociales cristianas con poder, ni número abultado de fieles en quien apoyarse.  Y yo me aventuro a parafrasearlo extendiendo el contenido a todos los seres humanos del presente siglo... porque creo que sólo la vivencia mística nos permitirá salvarnos de la tentación de defendernos a ultranza de las agresiones del entorno.

Afortunadamente, a la par de las noticias y estadísticas antedichas están los testimonios, casi siempre silenciosos pero igualmente visibles, de científicos, artistas, profesionales y trabajadores en todas las áreas, padres y especialmente madres...
que viven con una dirección = el bien de los demás;
que avanzan en la vida con un sentido = ser + entre todos y con todos; 
que tienen por guía un orden = la búsqueda y defensa de la verdad sea o no sea democrática, respetando a las personas pero no sus ideas para que la verdad sea la pauta que marque el orden de la existencia.

Estas son los seres humanos que tienen la MÍSTICA COMO RAZÓN DE SER EN EL TIEMPO; COMO RAZÓN DE VIVIR; estas son quienes han logrado ser personas humanas empeñando su vida en descubrir el misterio (que eso es lo que significa mística) que guarda la vida de los demás; logran gozar del misterio de ser necesarios e irremplazables para los demás y con los demás; y viven la serenidad de confrontarse con la verdad aunque sean ellos solos quienes la sustenten porque la verdad jamás podrá ser democrática.

Tres son los componentes de la vivencia mística
dirección, sentido y orden, y tres sus resultantes o productos: el nosotros del yo; el ser + comunitariamente, y la verdad.

Sin estos tres componentes corremos el riesgo de ser víctimas de ideologías religiosas, culturales, sociales, políticas o científicas y, con ello, convertirnos en fanáticos defensores de cualquier cosa menos de la verdad.

Los tres componentes y los tres productos exigen de nosotros cultivar tres tipos de hábitos: hábitos de meditación, hábitos de ordenación y revisión periódica de objetivos en grupo (familiar, laboral, social etc.) y hábitos de contemplación de la realidad en silencio y soledad. 
Estos tres componentes son entre sí de complementariedad-necesaria.

Está claro, verdad, que estas exigencias son muy distintas de lo que el marketing nos bombardea como apetecible y digno de vivirse: poder, dinero, hedonismo en todas sus formas, sin excluir las formas religiosas, de exhibicionismo y de publicidad.
Por eso, ceo yo, hay miles de millones de seres humanos pero pocas personas humanas, y por eso hay tan pocas personas místicas, inclusive entre los que se confiesan religiosos;  estos se contentan con ser seres humanos socialmente religiosos; ser místicos les da miedo.






 

miércoles, 11 de junio de 2014

CUANDO NOS RESENTIMOS...¿ A QUIEN TENEMOS QUE PERDONAR ?


Re-sentimiento es volver a experimentar un sentimiento o volver a re-cordar algo añadiendo una emoción.  Tiene como base de la acción lo que ”el corazón nos dicta” (cor, en latín, corazón) y por eso decimos que “re-cor-damos con sentimiento”; juntamos la memoria de algo o de alguien (que es un acto de nuestra inteligencia) con una emoción.

Volver a poner juntos hechos del pasado y sentimientos no tendría porqué ser negativo, ni triste ni penoso.  Sin embargo cuando decimos que estamos re-sentidos, añadimos “otro acto del corazón”, el ren-cor, sólo que esta vez mezclamos el acto del corazón con el esfuerzo de nuestros riñones (ren, en latín, riñón) y así expresamos que nos duele lo que recordamos y sentimos; de alguna manera al recordar nos duele el corazón y los riñones.

¿Qué hacemos entonces?...Lo que hayamos aprendido a hacer frente al dolor:
- Quejarnos para que alguien alivie nuestro dolor y entonces esparcimos el chisme por donde podemos = meledicencia
- Alejarnos de la fuente de dolor y entonces evitamos el contacto más que al fuego = ansiedad y obsesión
- Eliminar la fuente de dolor y entonces ojo por ojo y diente por diente= venganza
- Buscar alivio a las causas del dolor y entonces MEDITACIÓN, PAZ Y PERDÓN

  MEDITACIÓN:
Si algo que sucedió hace mucho tiempo nos sigue afectando, significa que nuestro carácter es débil y somos incapaces de ser libres de nuestros sentimientos y pensamientos negativos.

El resentimiento nos hace vivir, una y otra vez la impotencia y el dolor que lo acompaña nos impide disfrutar plenamente de la vida. El enojo, que es parte del resentimiento, deteriora nuestras relaciones e inconscientemente, tratamos de hacer lo mismo que han hecho con nosotros, lo que daña nuestra salud, porque nos provoca estrés con beneficio para nadie.
Es el momento de educar nuestro carácter que es, en definitiva, el responsable del dolor que nos causa el resentimiento, el rencor, la obsesión y el estrés.
 
  PAZ:
Nuestro objetivo es vivir en paz con nuestro pasado, con las personas que han formado parte de nuestra historia y con nosotros mismos. Pero no se puede vivir en paz si no trabajamos para la paz.
Porque querer tener paz y guardar resentimiento es como tomarse un veneno esperando que la persona en la que pensamos al tomarlo, se muera; eso es, simplemente, esquizofrénico.

El siguiente ejercicio puede ayudarnos a conseguir la paz; se conoce en psicoterapia gestáltica como el ejercicio de "la silla vacía".

Escoge el nombre de esa persona que te provocó la emoción más intensa y negativa, para hablar con ella pero estarás solo sentado en una silla frente a otra vacía donde "estará la persona escogida". Dile con sencillez cómo te sientes, qué fue lo que te molestó o hirió en esos momentos que recuerdas con amargura y de qué manera ese hecho ha influido en tu vida.

Ahora vas a ser esa persona y te vas a sentar en la otra silla, explicando la situación desde su punto de vista refiriéndote a cada uno de los sentimientos y pensamientos que has descritos anteriormente.

Al terminar escribe lo que te ha contestado... léelo atentamente y piensa si esa persona era totalmente consciente del daño que te provocó.
Si tu respuesta es que sí, piensa si vale la pena que te amargues y sufras por una persona así o más bien te merece la pena decidirte a…
ser feliz porque eso es lo bueno para tu salud; tu tienes la obligación de ser feliz.


Aprende a perdonarla porque no vale la pena y a perdonarte por haber perdido el tiempo y deja atrás el pasado de tu carácter.

  PERDÓN
 
Tenía razón “Mafalda” cuando decía no porque exista el perdón, la gente tiene derecho a dañarnos las veces que quiera”

Con frecuencia estamos enojados con nosotros mismos porque pensamos que somos tontos y que nosotros provocamos o permitimos lo que sucedió, etc. En realidad no supimos hacerlo de otra forma porque no aprendimos, porque no nos enseñaron a dominar el carácter. Pues ahora es el momento y sólo depende de nosotros, sin excusas de edad... ni de nada.

El primer aprendizaje del perdón ha de ser: Aceptar que la vida no es ni justa ni injusta; la vida es el don de un conjunto de potencialidades, con la obligación de desarrollarlas y la primera potencialidad es ser feliz. Esto es igual para todos.

Hay cosas que no podemos cambiar; gentes que son injustas con nosotros, porque sus metas, ideas, emociones, e.d., su cultura de origen  es diferente a la nuestra y cuando luchan por su bienestar, pueden ir en contra del nuestro. Esto evocará en ti el resentimiento de rencor, la venganza… ¿qué hacer?... pues  algo que te haga feliz y con lo que hagas feliz a "un hermano" para que perdonar sea recordar sin resentimiento, si no puedes olvidar.

jueves, 1 de mayo de 2014

MIS HISTERIAS DE ADULTO SON SUPERABLES, SÍ, Y SÓLO SI, DECIDO SER PERSONA ENTRE PERSONAS... EDUCÁNDOME EN EL CARÁCTER

El contenido de este post es respuesta prometida al comentario y cuestionamientos que Juan José ha hecho al post anterior, sobre "qué hacer frente a esta realidad".  

Para entendernos fácilmente voy a definir el carácter con el dicho popular de "genio y figura hasta la sepultura"; se nos da psicogenéticamente y es, consiguientemente,  la explicación de todas nuestras formas de espontaneidad.
Pensemos en un niño y veremos que su espontaneidad generalmente es muy graciosa pero proyectado ese comportamiento en el futuro, sin límites educativos, se convierte en un monstruo social; lo gracioso del niño de hoy se transformará en el "antisocial-múltiple" del mañana. 

Describí en el post anterior las tres expresiones sociales más frecuentes de nuestras histerias adultas: 
-  las fluctuaciones abruptas del humor, en búsqueda de compensaciones eróticas;  
-  los mecanismos de autocompensación y victimismo para gestar y ejecutar deseos inconfesables; 
- las formas distintas de infidelidad evocadoras de la adolescencia y de las inseguridades a las que nos aferramos.

Todas son formas de expresión de nuestra espontaneidad infantil del "rey o de la reina de la casa" que ahora, socialmente nos transforman en monstruos gigantescos que todo lo destruimos.  El objetivo sigue siendo el mismo que cuando éramos niños: sentirnos bien siendo el centro del universo que nos rodea: "el Estado soy yo" de Luis XIV lo repetimos con preconsciencia-consciente. 
Pero, como es claro que quienes nos rodean no tienen porqué rendirnos pleitesía y tienen sus propios problemas caracterológicos, intentamos doblegarlos por los distintos medios que hemos aprendido: con engaños con argucias,  con mentiras, con dos caras, que eso son las histerias.

¿Qué hacer frente a esta realidad? QUERER EDUCAR NUESTRO CARÁCTER. Esto pide de nosotros dos actitudes permanentes: voluntad veraz para cambiar y conocimiento cierto de las potencialidades del propio carácter.

1- Voluntad para educar (ed-ducere; salir fuera) la espontaneidad controlándola a través de la potenciación de sus fortalezas, de su capacidad productiva y de la creatividad en interacción y al servicio de otros.  En otras palabras voluntad para renunciar a todo comportamiento espontáneo y a toda palabra espontánea que no enriquezca por igual a los que me rodean como a mi.
Quien explota sus fortalezas, capacidades y creatividad solamente en provecho propio no quiere educar su carácter, probablemente, porque tuvo la desgracia de poder chantajear histéricamente a quienes lo rodearon y así aprendió su personalidad histérica.
Aquí fácilmente podemos estar los que tenemos grandes ideas, los líderes, los admirados, los exitosos... pero también los pobres, los torpes, los dependientes, los mendigos de favores ajenos, los oprimidos por el sistema social y político... en una palabra todos los que explotamos las debilidades ajenas.

No es cuestión de inteligencia o de habilidades o de talentos, o de oportunidades en la vida, sino de voluntad de cambio para el servicio al otro, para ayudarlo a superar sus limitaciones y sus potencialidades (en la pareja, la familia, el trabajo,la asociación) teniendo como único límite la voluntad del otro de querer ser o no ser ayudado.
Esta es una tarea que dura lo mismo que nuestro carácter:  toda la vida y por eso necesitamos la segunda condición.

2- Conocimiento de las potencialidades del propio carácter
 y, consiguientemente también de las propias debilidades para  lo que requerimos de meditación diaria sobre los espacios y sobre las personas con las que vivimos; esto nos permitirá estar en alerta contra los hábitos histéricos que nuestra historia nos ha enseñado y desarrollará en nosotros las virtudes de previsión y de gozar anticipadamente de nuestros cambios en el control caracterológico (de nuestras histerias).
Las justificaciones con que aliviamos nuestras conciencias al darnos cuenta de los errores de nuestra espontaneidad  tienen que ver con el comportamiento igualmente histérico de los que nos rodean pero, las mentiras elegantes, que eso son las justificaciones, no dejan de ser faltas a la verdad que tienen su raíz en la pereza que nos da el trabajo preventivo o meditación, sobre nuestro carácter y su expresión espontánea para con las personas con quienes tenemos trato (pareja, familia, trabajo, amistades, asociaciones).  Solemos tener pereza para meditar.

Hay muchos modos de meditar y todos serán buenos en tanto nos ayuden a salir de nosotros mismos (ed-duccere) para predisponernos a ir en búsqueda de los valores que tienen las personas con quienes vivimos y compartirlos, de manera concreta.
La meditación es un modo de compartir mancomunado y de forma anticipada los valores de los que nos rodean... superando y disfrutando anticipadamente de la superación de sus limitaciones.
Esto puede parecer una fantasía pero no lo es; hoy, la física cuántica nos muestra como el tiempo es unitario y lo que antes decíamos de futuro podemos experimentarlo, "anticipadamente"; es lo mismo que lo que los místicos siempre nos han dicho y a lo que respondíamos, con desprecio, que eran proyecciones alucinatorias de los místicos; nunca ha sido así, según dicen las ciencias físicas.

Personalmente guío mis diarios momentos de meditación con los siguientes valores: "verdad, justicia, amor y paz"que los he aprendido de Cristo, mi maestro, que así ha identificado el reino de su Padre "venga a nosotros tu reino".
- Visualizo las personas y su entorno, las circunstancias que preveo vivir desde la "verdad que he de descubrir" con ellas y en ellas para mi y hago lo mismo de mi para con ellas.
- Hago hipótesis en mi mente-visual sobre lo que puede ser "justo del actuar de esas personas" a fin de poderlas apoyar y hago lo mismo de mi para con ellas.
- Recuerdo y proyecto mentalmente cuanto de "amable, admirable y degustable" tiene el actuar de las personas y hago lo mismo de mi para con ellas.
- Oro a Dios nuestro Padre, suplicando hallar paz y dar paz... "hágase tu voluntad..."

De esta manera y todos los días, me esfuerzo por controlar mis comportamientos histéricos; a veces lo consigo y otras veces, tengo que pedir perdón.





jueves, 24 de abril de 2014

LAS HISTERIAS DE LOS ADULTOS

Frecuentemente escucho hablar de los comportamientos histéricos de los niños y de los adolescentes y los suelen llamar rabietas, comportamientos caprichosos o pataletas, pero pocas veces he oído hablar de las histerias refiriéndose al comportamiento de los adultos.

Las histerias, psicológicamente hablando, son todos los comportamientos con doble mensaje: en apariencia pretendemos conseguir un objetivo pero, en realidad, perseguimos otro con mayor interés y al mismo tiempo que el anterior.  
Los comportamientos histéricos de los adultos podemos identificarlos con la expresión de "TENER AGENDAS OCULTAS" a la hora de comunicarnos con los demás; "EL SECRETO MEJOR GUARDADO".  Formas de falsedad de vida.
Son tan frecuentes que llegan a constituirse en comportamientos pre-conscientes, dañan mucho las relaciones interpersonales, son la consecuencia más nefasta de la falta de educación del carácter y, muy a menudo, hacen insufribles las relaciones de pareja porque, de múltiples maneras, dan origen a comportamientos de agresión.

Cuando nuestro estado de humor es rígido, intolerante, hosco, taciturno, prepotente, criticón, irritado,impositivo y varía inmediatamente si nos tratan con mimo, con consideración, con ternura y especialmente con erotismo... es señal inequívoca de que nuestro comportamiento es habitualmente histérico con mayor o menor grado de compulsividad y es la consecuencia de no haber educado el carácter.

Cuando pensamos interiormente; no aguanto más, esto es intolerable, siempre es lo mismo, soy la única persona que hace las cosas como se deben hacer, nadie asume las responsabilidades, todos me odian, nadie me quiere "mejor que me coma un gusanito... estamos alimentando una actitud histérica, algo queremos hacer que de momento ocultamos y para lo que nos estamos dando fuerzas.

Los clásicos comportamientos de infidelidad de pareja o de opción de vida, de infidelidad de amistad o de infidelidad de asociación y las reacciones de drástica e inexorable ruptura de la relación por este motivo, son modos de comportamientos histéricos; en los primeros casos son histerias de regresión adolescente y en los comportamientos  de las reacciones son  histerias de inseguridad y temor a ser descubiertos con la misma fragilidad.

Podemos tener razones para expresar nuestro malestar arguyendo que, quienes nos rodean, no responden a las expectativas que tenemos sobre ellos y que estamos, consiguientemente, decepcionados pero si se dan las condiciones de malestar y bienestar, separadas por la ganancia emocional-erótica, queramos o no queramos reconocerlo, nuestro comportamiento es histérico.    

Los comportamientos histéricos son muy frecuentes y nefastos en los ambientes laborales y en las familias; en ambos espacios las histerias destruyen las fortalezas de las personas, se intentan remediar a través de paliativos erótico-sexuales y terminan con manifestaciones de agresividad devastadora de la valoración personal y no pocas veces de la vida misma.

En los ambientes laborales los abusos históricos tanto de la parte patronal como de la parte sindical han dado origen a sin fin de corruptelas o histerias-laborales y, por lo mismo, es difícil propiciar un clima laboral en el que prime la valoración profesional-productivo-personal por sobre la valoración emocional y, consiguientemente erótica.  La expresión "en esta empresa somos una gran familia" es una excelente expresión histérica. Una empresa puede ser familiar pero nunca una familia.
En los ambientes familiares, los atavismos en relación marcados por los "roles de género"  aún perduran y es frecuente encontrar parejas jóvenes discutiendo histéricamente en la calle sobre lo que se supone son sus derechos no respetados por la otra parte y ¿cómo suelen  buscar solucionar las discrepancias?... por la vía emocional-erótica. El sexo calma la ansiedad pero incrementa los problemas y se convierte, en tales casos, en un comportamiento histérico.
En ambos ambientes se emplea el mismo método para afrontar similares expresiones histéricas y en ambos sitios estamos condicionados a idéntica CORRUPCIÓN.  

Creo que la raíz de estos dos ámbitos de manifestaciones histéricas-caracterológicas tenemos que buscarla en el tiempo de escolaridad formal.  Ni en los colegios ni en las universidades se tiene en cuenta la formación del carácter y, consiguientemente y mucho menos se toma en cuenta la formación del carácter interactivo.   Ni qué decir tiene que las familias no tienen, en la inmensa mayoría de los casos, la más remota idea de en qué consiste el carácter y su educación.

La consecuencia es que las histerias campean a sus anchas en los comportamientos de los adultos y la expresión más emblemática de lo que afirmo es... "a esta edad ya no se puede cambiar". Los adultos nos hemos autoimpuesto la creencia de que nos es más ventajoso vivir espontáneamente que con autodominio. 





sábado, 1 de febrero de 2014

EL AMOR ESTÁ HERIDO DE MUERTE POR LAS FALSAS VERDADES - 3

Con esta tercera entrega pretendo dar respuesta a los interrogantes de Mary sobre la vivencia afectiva entre personas, que se sienten y viven comprometidas mutuamente por vínculos afectivos. 
 
No es habitual en el lenguaje coloquial identificar las conductas afectivas con la respuesta sexual y, sin embargo, así es.  Baste como ejemplo para explicarlo con decir que virtual pero, claramente, entre tu como lector-a y yo mantenemos en este momento "relación sexual"... pero, evidentemente, no genital.  La razón es que, si sigues leyendo, estableceremos un vínculo afectivo de aceptación, rechazo o indiferencia, no importa, pero seguirá siendo afectivo. 
 
En la relación sexual entre personas, lo genital puede estar o no estar presente pero siempre habrá un vínculo afectivo-intencional y  nunca un vínculo inconsciente.  Podemos afirmar que carecen de comunicación y de  consciencia afectiva, quienes no tengan conocimiento del "otro"; por ejemplo los infantes y proporcional y paulatinamente, los afectados de demencias (genéticas, seniles, toxicológicas o traumáticas) en sus diversas manifestaciones.  Sin embargo no carecen, necesariamente, de experiencia genital-erótica y frecuentemente se sienten excitados genitalmente sin comprometerse afectivamente en la relación personal.    
 
Aclarados estos conceptos, a modo de recordatorio, trascribo los párrafos del primer enlace de esta serie para facilitar las respuestas que exige nuestra dialogante, Mary. 
 
"La Respuesta Sexual: es el conjunto de conductas de interacción interpersonal conducentes a la comunicación consciente entre seres personales. La base de esta interacción comunicativa es el conocimiento mutuo que inevitablemente interactúa pro y post conocimiento con las vivencias emocional-eróticas. Y por la acción del conocimiento las conductas dan origen a las vivencias afectivas  de aceptación y/o rechazo. Las conductas son todas posteriores a nuestras emociones.
Toda vivencia afectiva es, en consecuencia, un modo de comportamiento emocional-erótico, guiado por el conocimiento del valor de alguien para el logro de nuestras intencionalidades; de no ser así, solamente nos moveremos en el plano de las vivencias emocional-eróticas."
 
Las experiencias afectivas son la consecuencia de algún tipo de intención, no siempre explícitamente manifestada pero siempre "implícitamente-explícita" de estar al lado de "otro" para formar parte de su vida (p.e. la relación entre un maestro y su discípulo o entre un paciente y su terapeuta) y aceptada, de manera "implícitamente- explícita" por ambas partes.  Si "se niega al otro" no existe vivencia afectiva y, por lo mismo tampoco respuesta sexual madura y adulta con el otro. 

Quiere esto decir que puede haber afectividad en un momento y romperse en otro y no implicar que haya habido engaño, por medio, necesariamente.  Esto suele suceder cuando el aprecio, la valoración y la admiración hacia "el otro" disminuyen o desaparecen.  Los motivos  pueden ser muchos pero podemos sintetizarlos en esta expresión: "el otro-a ya no me enriquece y, por el contrario nos pone, a ambos, en riesgo de empobrecernos".

Esto quiere decir que la relación interpersonal "afectivo-sexual", para poder ser saludable y creciente, requiere de voluntad consciente y práctica para cultivar, por parte de  ambos, la mutua valoración, la mutua necesidad y el mutuo apoyo, con los que enriquezcamos los objetivos del otro-a.  Esto es así porque  la vivencia afectiva no es espontánea, en contraposición con  la vivencia erótico-genital que sí lo es, sino intencional, volitiva y... comunicativa; es decir, requiere de "comunión, común-unión".

¿Es entonces la vivencia afectiva entre las personas limitante y limitadora?  Sin lugar a dudas... porque la vivencia afectiva exige claridad de objetivos a ser logrados por "ambos" y como la vida es cambiante por necesidad, requerimos de diálogo, de negociación y de consenso en el modo de acometer los objetivos y así poder alcanzarlos.  Por consiguiente es limitante de nuestra espontaneidad (que sólo es emocional-caracterológica) y de nuestros caprichos (que sólo son individuales) y de nuestra pereza (que mata toda comunicación = común-unión)

¿Se puede enseñar a amar y hay que enseñar a amar al otro?  En y desde la relación afectiva SI se puede y se debe enseñar a amar al otro-a, pero aceptando la limitación volitiva-intencional-caracterológica del otro-a. 
Si el otro-a no ofreciera respuestas de reciprocidad efectiva-afectiva (porque obras son amores y no buenas razones) aunque sean lentas o imperfectas... la respuesta de amor ("Amor es el vínculo intelectivo-volitivo-libre que une a las personas para alcanzar la plenitud de su ser de personas, en la perfección de lo posible") será imposible de lograr y seguir insistiendo indefinidamente solamente conducirá al abuso de uno sobre el otro, a la muerte psicológica, social o física de uno de ellos o al martirio de quien decida dar sin pedir a cambio.
Así se explica la ineficiencia afectiva observable entre padres e hijos, o las relaciones de acoso y abuso entre parejas y los asesinatos pasionales. La buena intención de solamente de una de las partes no será suficiente para lograr que la relación afectiva cristalice en amor; ni siquiera con la actitud martirial de una de las partes.

¿La vida de relación afectiva afectará la propia estabilidad si se tolera indefinidamente la "pobreza afectivo-amorosa" del otro?  Sin lugar a dudas la afectará negativamente y terminará enfermando psicológicamente (ansiedades, depresiones y agresividades para consigo misma) por lo que, y si el tolerante de la pobreza ajena no tiene otros mecanismos de compensación afectiva, ordenados y saludables, que le permitan crecer en su "ser persona" terminará por contagiarse de la misma pobreza afectiva que quiere ayudar a corregir y morirá en el intento, de muchas maneras.

Para ayudar a restaurar  la pobreza afectiva de otro, evitando los riesgos de contagios y muertes diversas, no conozco otro método que el cultivo de la vida espiritual propia (religiosa o no) o, dicho de otro modo, el cultivo de la vivencia mística.  De no estar dispuestos a esto, es mejor no intentar ser redentor de causas imposibles porque que en lugar de una persona pobre o enferma terminaremos teniendo dos.
 
 
 
 
 
 

martes, 14 de enero de 2014

EL AMOR ESTÁ HERIDO DE MUERTE POR LAS FALSAS VERDADES - 2

En base al post anterior, me será más fácil contestar las preguntas que prometí responder, con la intención de no dejar cuestionamiento alguno sin responder. (tampoco pondré imágenes en este post)

Puesto que la persona humana está estructurada por la organicidad somática (o física), por la experiencia psíquica (o afectivo-cognitiva) y por todos los modos de vivencia espiritual (sexualidad o amor) y siendo esta última expresión la que da unidad, es la guía y da sentido a las otras dos, hemos de convenir en que el amor o sexualidad puede y debe estar implicado en la organicidad somática (o genitalidad) y de igual modo lo ha de estar en las vivencias afectivo-cognitivas. Pero es igualmente claro, en la experiencia de todos, que "del ser al deber ser" suele haber mucho trecho por lo que es necesario analizarlo y así contestar a los interrogantes de Anónimo y de Debora.

Es muy frecuente escuchar y leer que los varones y las mujeres amamos de manera diferente.  Hay dos dimensiones que distinguir: el actuar cotidiano en la expresión del amor y la "potencia de ser" personas en las expresiones de amor.

Indudablemente somos morfológica y funcionalmente diferentes y esto está condicionado filogenéticamente, para cumplir roles procreativos (biológicos y sociológicos) complementarios, pero cosa muy distinta es el condicionamiento  caracterológico cuya función genética es la comunicación propia de la especie que, en nuestro caso, la evolución de nuestro cerebro la ha llevado a superar e  independizarse de la fase filogenética, de manera tal que las funciones genital-procreativas no son ya instintuales sino solamente pulsionales. 

No existe en los seres humanos, biológica y científicamente hablando, el instinto sexual, aunque se afirme  lo contrario millones de veces en textos con cariz científico, divulgativo, procaz, coloquial o religioso.  Y porque así es podemos orientar nuestra pulsión genital-procreativa como mejor nos parezca sin que por ello, en estricto rigor, se produzcan disfunciones orgánicas o enfermedades ni patologías emocionales de ningún genero.  Podemos orientarla hacia la recreación, la socialización, la procreación o hacia la continencia con la más variada diversidad de intenciones (la ciencia, el arte, la política, la producción literaria, la religión, el servicio y todas las formas de altruismo en general)

De lo dicho se desprende que la diferencia en el amar erótico-genital entre varones y mujeres es solamente cuestión de educación o no educación del carácter de los individuos.  Desde mi experiencia profesional puedo aportar tres observaciones que considero valiosas para este análisis:
  1. Que la falta de educación de la espontaneidad del carácter y el control consiguiente del mismo ("los prontos") es la causa principal de las dificultades y consiguientes fracasos de las relaciones de pareja y, por lo mismo, de los divorcios y este es un mal que por igual atañe a hombres como a mujeres.  De aquí se deriva otra causa de dificultades graves para la relación de pareja: la dificultad o la carencia de diálogo verdadero.
  2. Que la educación en el auto-control del carácter es más fácil de observar entre las personas homosexuales que entre las heterosexuales.  Esto no quiere decir que carezcan de problemas las relaciones interpersonales entre estas personas pero sí nos pone de manifiesto que la "androgineidad caracterológica" (dominio del carácter para la comunicación) debería ser uno de los objetivos a proponernos alcanzar todas las personas, sin pretender renunciar a nuestro carácter, pues no lo conseguiremos por ser éste de naturaleza genética.
  3. Que las llamadas necesidades genitales de los varones y mucho más apremiantes que las correspondientes de las mujeres son solamente consecuencia de la falta de educación de carácter de los hombres.  En la práctica, tienen las mujeres mayor capacidad de respuesta erótico-genital que  los varones y más sostenida en el tiempo.
Las supuestas necesidades genital-caracterológicas, diferentes entre los dos géneros son disfraces del "apetito de poder" para el dominio de un individuo sobre el otro (y de ahí de un grupo sobre otro) porque no nos han enseñado en nuestra pubertad (tiempo prioritariamente importante) a conocer y dominar nuestro carácter de manera tal que esté orientado al logro de objetivos mancomunados, creativos y pausados en el tiempo y en ese proceso identificar el gozo de la existencia.  (Permítanme hacerles un llamado a releer los post relativos a la importancia de educarnos en la vivencia de la soledad y el silencio)   Por el contrario nos condicionan para alcanzar con la mayor rapidez posible y sin importar quién pague el costo de la inmediatez (si nosotros, los que nos rodean o ambos) lo que se nos antoje o nos proponga el marketing como momento promisor de "felicidad".
¿Qué hacer cuando esta realidad negativa nos haya alcanzado?... aplicarnos el dicho de que lo que no aprendió Pepito tendrá que aprenderlo Pepote.

Ahora bien, ¿puede la vivencia erótico-genital llegar a ser una expresión de sexualidad y amor?  Sí, puede y debe llegar a serlo para lo cual es imprescindible la creatividad conducente a la expresión y experimentación de gozo o de placer y, cuando así se logra, se habrá superado la dimensión genital para integrarse como dimensión emocional-afectiva-erótica porque tendrá como objetivo el gozo de la otra persona.  De no ser así, la relación genital no pasará de ser una modalidad más de "masturbación" (no entendido el término literalmente, claro está).  La sexualidad puede y debe expresarse en la genitalidad pero no se logra de manera espontánea; se precisa de consciencia que guíe al autocontrol, a la creatividad y a la generosidad; en suma a la educación continua del carácter.

Este comportamiento erótico-genial-creativo tiene, además de los costos inherentes a la creatividad, otros de mayor envergadura: romper dos expresiones de hipocresía: una, moral-religiosa y otra, social-política.

La hipocresía moral-religiosa expresada en la afirmación de que "todo acto genital ha de estar abierto a la vida" para ser moralmente saludable (vida es el  término que se usa para disfrazar el concepto  "procreación") .

La comunicación erótico-genital entre personas tiene triple finalidad: comunión emocional (pasional), encuentro personal (afectivo) y función procreativa (dar vida). Esta tercera finalidad no debe estar librada al azar, entre personas, sino que debe formar parte del orden, dirección y sentido de sus vidas para lo cual no puede dejar de ser previsible y, por lo mismo, no todo encuentro erótico-genital debe estar irrestrictamente abierto a la procreación pues, de no ser así la procreación carecería de dignidad personal.  El criterio es dictado por personas que no asumen la paternidad ni biológica, "por autodefinición", ni educativo-social aunque no tienen impedimento jurídico para ello y utilizan sistemáticamente doble-discurso: el oficial y el privado.

Ahora bien, sabido es que nuestra biología suele saltarse "a la torera" la capacidad de previsión y, a veces nuestros absurdos eufórico-pasionales ayudan a la biología y, entonces, la vida se hace presente como consecuencia de los mismos.  En estos casos la vida nueva ha de ser asumida como parte de la relación erótico-genital para que pueda tener la categoría de relación erótico-genital adulta, madura y saludable y, por ende, relación erótico-genital entre personas; no valen escusas que serán siempre expresiones de hipocresía amparadas por miedos a perder comodidad y buscar hedonismo, facilismo y secundar el carácter sin educación para afrontar responsabilidades adultas y la propia vida.

¿Y qué si la nueva vida es producto de una violación? 
Es claro el tema; se trata de un comportamiento patológico social, es la consecuencia de una enfermedad social; luego es la sociedad quien ha de asumir el fruto de tal patología como lo hace con cualquier otra enfermedad o pandemia y llevarlo, por la política y educación adecuada, a término saludable. 
Vale decir, no se puede condenar a la madre gestante a cargar con la obligación de una maternidad educadora que no eligió y de la que fue víctima, si es que no está preparada para hacerlo, pero la sociedad no tiene poder, ni moral, ni jurídico, aunque así se lo atribuya apelando a la democracia, para eliminar una vida humana con igual potencia de ser persona que cualquier otro ser humano engendrado.
La madre gestante sufre un "accidente social" como hay tantos accidentes que tenemos que sufrir y la sociedad tiene la obligación de ayudarla a superar esta "patología social.

Debatir políticamente sobre la licitud jurídica del aborto en estos casos es, simple hipocresía político-social, facilismo, hedonismo social, conveniencia económico-financiera, una forma más de encubrir la pena de muerte en lugar de afrontar la patología de la violencia de género con eficiencia, que de eso se trata.

Ambos modos de hipocresía tienen el mismo común denominador: búsqueda de ganancias; de dominio ideológico (sojuzgación de la libertad por la ocultación de la verdad);  ganancia social (proposición falsa  de redención de la conciencia), y ganancia económica (consecución de adeptos).

Llegados a este punto abordaré los interrogantes de Mary... pero lo haré en el siguiente post para no hacer éste más extenso.

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