sábado, 13 de julio de 2013

¿ EDUCAR HIJOS PARA SER LIBRES ?... sí y sólo sí... ¡ TRES CONDICIONES ! ( 4 ) )

EL COSTO QUE HEMOS DE ASUMIR PARA PODER SER LIBRES:  EL SILENCIO

Nueva paradoja "dialogar, desde el silencio" y evidente verdad: sin silencios alternados no podemos comunicarnos no podremos dialogar porque sólo acertaremos a producir ruidos y aturdimientos de los que se derivarán robos y estafas con una madre común: la mentira.

Digo silencios alternados, lo que equivale a negar el mutismo y el monólogo que equivaldría al aniquilamiento de alguien porque prevalecería el solipsismo del otro o, dicho de otro modo, se da pie al dominio y sojuzgación con la consiguiente esclavización y reducción a valor, cero, de alguien o de muchos.
 
La historia pasada y presente está llena de esta lacra. Pensemos p.e. en dos realidades de nuestra sociedad tecnológica:

1.- Los crímenes de violencia de género justificados en todas las guerras y siempre con las mismas víctimas y, en situaciones de "paz", silenciados o alentados -más allá de los conatos jurídico políticos con apariencia contraria-. De ahí se ceban luego las violencias étnicas con las mismas cadencias. 

2.-En la economía de mercado y cómo desde los gritos de la especulación de las subastas se tergiversa la realidad de la oferta y la demanda; no se tiene en cuenta, nunca, ni la cuantía de los productos, ni los costos de producción, ni las necesidades de la población; sólo cuenta el factor de(lucro x sorpresa).
 
 
Son dos ejemplos de la incultura del grito y de la incultura del aturdimiento con que se pone precio a nuestras vidas; de la incultura del asalto a la conciencia del otro para esclavizarlo  y ante esto creo que debemos preguntarnos ¿no podemos  modificar las estructuras de mercado y la acción jurídica con la tecnología de que disponemos hoy en día?... porque es evidente que se han variado los procedimientos pero también es evidente que no se ha cambiado el objetivo. 
 
Casi me parece adivinar la respuesta de la mayoría... sí pero eso es utópico, por lo que me adelanto a responder...estoy de acuerdo; esto es una utopía, que es igual que decir, la perfección de lo posible. Esta perfección tiene un precio el SILENCIO DIALOGANTE.
 
Silencio dialogante no es lo mismo que mutismo; silencio es hablar en dos momentos y luego escuchar: 1.- para aportar algo al otro o al grupo como producto de un trabajo hecho previamente y, 2.- es hablar para preguntar a fin de esclarecer dudas o interesándonos en el trabajo del otro o del grupo.
 
En este silencio-hablado caben todas las expresiones y sólo las expresiones de la verdad, de la bondad y de la belleza que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu puedan crear.
 
Todas las demás apetencias han de ser silenciadas y a esto es a lo que hay que poner límites, educar en el manejo de los límites. Pero esto no se puede aprender sin un modelo porque es de carácter socio-cultural y no genético; los padres, los educadores, las autoridades, los iconos sociales, son los modelos espontáneos que se van sucediendo a lo largo de la evolución psicológica del individuo. ¿Son todos o algunos de ellos, modelos de silencio-dialogante?
 
La respuesta general es NO y por eso tenemos que lamentar las lacras de que hablamos más arriba y ahora cabe hacernos dos preguntas:
1ª ¿Qué hacer? Fácil la respuesta... los adultos, educarnos en el silencio-dialogante, buscando el modelo que nos acompañe en este proceso para poder ser, luego -pero al mismo tiempo-, modelos para otros, para nuestros hijos. 
2ª ¿Y educando a nuestros hijos en este sentido, qué lograrán? Costosa la respuesta... ser libres de sí mismos, ser libres de las apetencias que no tengan por objetivo el bien de otros, ser libres de dependencias de moda y ser diferentes.

Todo este aprendizaje, propio y educacional-grupal-familiar, no se logrará sin muchas horas de silencio corporal, de silencio mental y de silencio de fe intencionalmente dirigida, hacia quienes nos rodean o hacia el Absoluto.
 
Espero Mari y Merce, haberos respondido  y, a través vuestro, haber cumplido lo que prometí a todos.

 
 

miércoles, 3 de julio de 2013

¿ EDUCAR HIJOS PARA SER LIBRES ?... sí y sólo sí... ¡ TRES CONDICIONES ! ( 3 ) )

LA DEPENDENCIA INELUDIBLE DE OTROS PARA EXPRESARNOS, SENTIRNOS Y LLEGAR A SER LIBRES.
 
¡Magnífica paradoja... contingencia necesaria de dependencia de otros: de nuestros padres, del entorno familiar y social en que nos movemos, de la historia del lugar en que nacemos, del tiempo social y económico, de las características culturales, estéticas y religiosas del entorno en que vivimos... y la obligación de trabajar por ser libres!  Libres de todos y cada uno de estos condicionantes mediante el aporte creativo a favor de cada uno de ellos.
 
¿Por qué es así de complejo?... Sencillo de responder y difícil de vivir y de educar en esta dirección... porque nadie existe por sí mismo, luego nadie tiene sentido para sí mismo pero, al mismo tiempo, sin liberarnos de estos mediadores no podemos ser personas, en el sentido pleno de la palabra.  Sin librarnos de los mediadores, superándolos, sólo alcanzaremos a ser seres humanos, de la especie humana, de la manada humana.
 
Lo único que tiene sentido desde la creatividad, por consiguiente, NO SOY YO, es el NOSOTROS DE MI YO. Este lenguaje psicoanalítico expresado de manera más sencilla se puede leer así: "TÚ, ERES ANTES QUE YO, MÁS QUE YO, SUPERIOR A MI... PERO NO SIN MI".

Educarnos en esta dirección, requiere de la ejercitación en el silencio de nuestro carácter y apetencias espontáneas para optar siempre, en primer término a favor del otro o de los demás y sólo, en segundo lugar, por nosotros, por nuestro criterio y conveniencia cuando tenemos constancia o indicios suficientes de que el otro u otros abusan de su poder, sin importar si el abuso es por ignorancia o por malicia. No hay que gastar energía en diferenciarlo.

Este equilibrio de pensamiento y acción es difícil de hacer y sostener en el tiempo sin el apoyo de maestros o modelos porque tiene como precio, ineludible, la experiencia de soledad serena, pero soledad al fin.  El ser libres tiene este precio del que se beneficiarán, siempre, los que nos rodean  +  que nosotros y esto, a la espontaneidad caracterial le causa dolor. 
Pero sin la educación en este equilibrio de pensamiento y acción se hace inviable toda forma de convivencia adulta-estable (familiar, matrimonial, societaria, empresarial etc.) y las infidelidades y adulterios serán la constante porque serán simplemente relaciones entre humanos y no entre personas.
 
El planteamiento hecho por nuestras dialogantes (Mari y Merce) tiene continuidad de respuesta en esta dirección: ni los padres son antes ni después que los hijos, sino en interdependencia consecutiva marcada por la historia (claro está porque los padres son antes y los hijos después)  y con el deber, para ambos, de liberarse mutuamente de responsabilidades emocionales (por bonitas y tradicionales que sean) para afrontar los retos de creatividad que la humanidad nos plantea (a ambos grupos) a fin de hacer de nosotros más que un "grupo etológico".
Para hacer de nosotros un grupo de seres personales, de humanos que salen de sí mismos (de su entorno, de su historia, de sus familias, de su patria) para ir al encuentro de las riquezas y de las necesidades de los otros.  
 
Permítanme una digresión que estimo altamente didáctica para ejemplificar el tema que nos ocupa y más allá de toda confesionalidad y creencia.  La lectura que yo hago del evangelio de Lc. 9, 57-62  me parece una forma explícita de invitación a vivir esta relación de libertad creativa de personas, en contraposición con la dependencia entre los padres y los hijos como seres humanos. 
Si queremos ver el contraste de la preponderancia de la dimensión humana, en desmedro de la libertad personal de los hijos, leamos un texto de contenido muy similar en  1 Reyes 19, 19-21. 
Es la diferencia entre guiar nuestro ser y actuar por "el  antiguo testamento o por el nuevo"; esto es, la diferencia entre obrar conformándonos con ser humanos (emocional-racionales) u obrar luchando por ser personas humanas (racionales e intencional-volitivos), para ser libres. 
 
Desde esta perspectiva, la autoafirmación sin referencias superiores a nosotros mismos, la autoestima como valor prioritario o absoluto de identidad, el subjetivismo post-modernista como guía del actuar... son aberrantes y desde mi observación, son la causa principal de explicación de los grandes males que nuestro mundo ha soportado siempre y soporta en este momento: provocación de guerras para sustentar a los psicópatas con poderes económico-tecnológicos, infestación de la naturaleza para satisfacer el hedonismo pan-sensual de la economía, condicionamiento esclavista del consumo tecnológico-hedónico causado por las dos fuerzas anteriores, de poder, que están convirtiendo nuestro mundo en un vertedero de chatarra y a los seres humanos en robots de su inconsciencia.

Todo tiene valores que soportan este actuar y, entre ellos, el más ostensible es el valor de la información comunicativa, que expresado coloquialmente suena así "cada vez somos más inteligentes, porque somos muchos" pensando en la misma dirección e intercomunicándonos los hallazgos: "estamos venciendo el ocultismo de los poderosos"... Pero ¿es cierto esto?... y si lo fuera, ¿lo estamos logrando al precio de nuestra propia destrucción y de la naturaleza que nos sustenta?

Usando el valor de la inteligencia compartida y múltiple que es, sin duda, el mayor valor que nuestro tiempo tecnológico ha aportado a la historia, hemos de impulsar a nuestros hijos hacia el silencio de sí mismos, de sus caracteres, de sus pasiones primarias para que puedan escuchar a los demás y hacia la valoración de la soledad serena que les exigirá el tener que optar, muchas veces, en contra de la corriente del momento, con el riesgo de quedarse solos en la opción. 

Es el maravilloso precio que todos tenemos que pagar para poder ser, sentirnos y expresarnos como personas y, por lo mismo, libres.   
 
 
 
 

Translate